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Un discurso y la segunda vuelta

Parecía que el discurso de plantar cara a Madrid para intentar acabar con la marginación que sufre la Comunidad Valenciana en el reparto de la financiación y de las inversiones del Estado se le empezaba a agotar al Consell de Ximo Puig y Mónica Oltra cuando ya enfilamos la mitad de la legislatura. Pero en esas llegó Mariano Rajoy el pasado domingo a València para ungir el liderazgo de Isabel Bonig y, de paso, dar una pista de lo que se avecinaba. La presidenta regional del PP le reclamó «justicia» para la Comunidad y Rajoy, como reflejaba la crónica de este periódico, desoyó por completo esa petición. Ni siquiera le contestó. Apenas 24 horas después, el delegado del Gobierno en la Comunidad, Juan Carlos Moragues, intentó poner paños calientes con unas declaraciones con las que trataba de tapar la actitud del presidente del Gobierno en el congreso del PP.

Pero la verdadera respuesta de Rajoy a las reclamaciones de la Comunidad y de la provincia de Alicante se reveló con los presupuestos generales del Estado para 2017, que ayer entregó el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Tijeretazo del 33% a las inversiones autonómicas y todavía peor para los alicantinos: recorte casi a la mitad en la provincia, a la cola en el reparto de la inversión por habitante en toda España. Más de un punto menos de dinero que en las cuentas de 2016 y muy lejos de la media del Estado. A esto hay que añadir que los trabajos de la comisión de expertos para cambiar el sistema de financiación, a pesar del globo sonda que lanzó Montoro hace unos días hablando de una posible quita de la deuda, no van tampoco en buena dirección para la Generalitat, necesitada de más financiación y de inversiones para volver a ser un proyecto viable.

El Consell, como no podía ser de otra manera, salió en tromba contra el Gobierno de Madrid. A Puig y Oltra se les reactivó un discurso que languidecía y al PP se le aparecieron los fantasmas que le asaltan en los últimos tiempos: la sensación de que la ciudadanía no los reconoce como el partido que mejor defiende a la Comunidad y a la provincia. Hubo silencio desde las filas del PP. Ni una nota de la dirección regional de Bonig; de la cúpula provincial de José Císcar enfrascada hoy en la convocatoria oficial de su congreso; o de la Diputación de Alicante de César Sánchez -el gran feudo institucional de los populares- para explicar este nuevo agravio del Gobierno de Madrid a esa Comunidad cuyo himno arranca «ofrenant noves glòries a Espanya».

Con este mensaje de nuevo en la agenda y con un gobierno en minoría en el Congreso, se abre una segunda vuelta. En varios acuerdos políticos tomados en las Cortes, todos los partidos, incluído el «mudo» PP, se unen para reclamar más financiación e inversiones en Madrid. Ahora lo tienen fácil: pacten enmiendas para compensar a la Comunidad y Alicante y cambien estos presupuestos. O se suman todos o el que no lo haga, desde luego, perderá toda credibilidad.

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