Al paño en la tienda una mancha le cayó. A menos precio se vende porque perdió su valor...» Así reza este cantar popular de Manuel de Falla, uno de los músicos más espirituales que ha dado este país.

Eso, lo del paño, le ha ocurrido a la hasta ahora casi impoluta trayectoria política del exalcalde Eduardo Dolón, actualmente presidente local del PP de Torrevieja y aupado a la vicepresidencia de la Diputación alicantina y la secretaría provincial de su partido. Con todos estos cargos a cuestas, Dolón deberá declarar a mediados del próximo mes abril en calidad de investigado, como se dice ahora en lugar de imputado que sonaba más fuerte, como la posverdad le quita rotundidad a la palabra mentira.

Lo hará por el denominado caso Vela Mata, discoteca que estuvo abierta y funcionando dos largos años a tope en la playa de la Mata sin ningún tipo de seguridad, ni licencia de apertura que se adecuara a su actividad, y con múltiples denuncias bajo la capa del entonces alcalde.

El vice, que compareció en rueda de prensa mas sólo que la una y en su Torrevieja del alma, a pesar de decir que contaba con el apoyo de su partido, hizo de su necesidad virtud, calificando esta investigación no «comparable a otras», que han obligado a dimitir o tienen en la cuerda floja a otros políticos. Como no podría ser de otro modo, el diputado provincial pergeñó una serie de desvaídos y en algunos casos inciertos argumentos en su defensa, a los cuales sólo le faltó añadir enjaretándolos convenientemente para encajarlos en la denominada conjura comunista judeo masónica contra su persona y su partido.

Lo de la citación a los juzgados de Dolón, el breve, pues no supo o no pudo revalidar su mandato en las urnas, no ha constituido sorpresa alguna para quienes en este pueblo saben por dónde arde el puro, aunque sean legos en aquello de juicios tengas y los ganes. Se esperaba.

La sorpresa de esta semana ha llegado de la mano o el ordenador del diputado nacional por Alicante, el torrevejense Joaquín Albaladejo.

A su señoría, en un articulo de opinión publicado en este medio, la concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de la localidad lo puso como «hojica perejil», cuestionando su honradez política, entre otras. Afirmaba la edil naranja algo así como que desde las filas populares les habían propuesto a ella y su compañera de partido en el consistorio, Pilar Goméz, el oro y el moro para que dejaran de apoyar al pentapartido y gobernar el municipio con el PP.

En concreto les ofrecieron «lo que no estaba escrito». A buen entendedor sobran palabras o ceros. Se esperaba que Albaladejo en su escrito de réplica tirara el carro por el pedregal arrasando a Parra hasta ponerla a los pies de los caballos.

Pues nada de nada. Se la envainó y en lugar de decir que demostrara su denuncia salió por los cerros de Villena, arremetiendo, una vez más, con esa gracia que Dios le ha dado, contra la Cataluña de sus desamores el supuesto catalanismo del alcalde José Manuel Dolón García y el empeño de Marzà en catalanizarnos. Muchos vecinos de aquí hemos vivido en Barcelona y su cinturón industrial. Algunos echaron allí sus raíces. Otros, entre ellos Albaladejo, volvieron a su tierra. No alcanzo a comprender el rechazo visceral de Joaquín a todo lo relacionado con lo catalán. Al fin y el cabo existen temas muy recurrentes.

De hecho el diputado Eduardo Dolón, con lo suyo, también se salió por los cerros de Úbeda. Eso sí, el PP ha hecho algo muy bien esta semana. Se ha anticipado al enemigo. Algo tenían que aprender del «pentapartito», que matiza José Hurtado, no tiene la culpa de que el reloj de la Iglesia de la Inmaculada lleve parado semanas. De eso ...no.