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F. J. Bernabé

Arañados o mordidos

Como casi siempre en la vida, no todo el mundo tiene la misma opinión sobre una realidad que se nos viene encima y que ya es imparable. Mientras la mayoría de los ciudadanos británicos en la provincia consultados por este diario manifiestan no estar demasiado preocupados por la salida del Reino Unido de la Unión Europea, sectores económicos muy vinculados con turistas o residentes de Gran Bretaña expresan su inquietud por la incertidumbre que se genera sobre hoteles, agencias de viajes o mercado inmobiliario, y confían en acuerdos bilaterales entre Reino Unido y España. Y es que la cifra de negocio que se juega esta provincia es de 2.340 millones de euros al año, siendo las exportaciones y el gasto en turismo y vivienda por parte de los británicos el grueso de las relaciones económicas alicantinas con Gran Bretaña. Además, España es la octava economía europea más afectada por el Brexit según un estudio de S&P y actualmente hay unos 200.000 españoles en el Reino Unido. Como para tomárselo a broma. De aquí la importancia de la llamada de la primera ministra británica, Theresa May, a Mariano Rajoy para hablar de la carta con la que ha solicitado oficialmente el divorcio a la Unión Europea, y en la que expresa su deseo de tener «una relación profunda y especial» con los 27, según desveló Rajoy asegurando estar preparado para la negociación.

Pues bien, las discrepancias se han hecho evidentes desde el minuto uno. Berlín y París se han negado a negociar en paralelo la salida y las posteriores relaciones de los británicos con los 27. Y parece lógico, una cosa detrás de otra. Por su parte, la ministra de Interior de Reino Unido, Amber Rudd, ya ha sugerido que el país podría abandonar la Europol si no se alcanza un acuerdo comercial satisfactorio, declaraciones del todo inoportunas al mezclar la lealtad en materia de seguridad con los beneficios económicos. Los de la UE tampoco es que se amilanen. Su negociador jefe, el francés Michel Barnier ha puesto un ejemplo simpático: «Tienen que saber que al dejar la Unión Europea se les acabó llevar al perro a España de vacaciones como hasta ahora», a lo que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, añadió que son 250.000 los perros y gatos que cruzan cada año la frontera del Reino Unido con destino a la UE. Al final, el que no acabe arañado lo hará mordido. Ya se sabe que los divorcios suelen salir caros. Así que mejor pensárselo muy bien antes de echar para adelante.

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