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Hacienda huele la sangre

Intransigente por naturaleza, Hacienda ha tensado la negociación y mantiene contra las cuerdas al Hércules, un club zarandeado por lustros de mala gestión e incumplimientos y ahora por la severidad de la Agencia Tributaria, que le exige un aval bancario de cuatro millones para saldar su deuda.

La entidad blanquiazul ha entrado en pánico ante un escenario que no se esperaba, puesto que contaba con una mayor flexibilidad negociadora del fisco, pero Hacienda ha olido la sangre y no quiere soltar la pieza.

Esa sangre no es otra que la disponibilidad de efectivo en la caja blanquiazul. Es decir, que si el apoderado del Hércules, Juan Carlos Ramírez, oferta hasta 3,5 millones de euros el pasado mes de febrero en la subasta del estadio Rico Pérez es porque hay circulante. Y lo mismo cabe decir de su intención de quedarse con el quebrado centro de ocio Panoramis del muelle de Poniente -otro pufo de su aliado futbolístico Enrique Ortiz-, por el que tiene que depositar un mínimo de 1,8 millones. En esta partida a cuatro bandas que libran el Hércules, el Ayuntamiento de Alicante, el Consell de la Generalitat y la Agencia Tributaria, la voz cantante la tiene la Hacienda pública, que está dispuesta a rebajar sus exigencias y el calendario de pagos, pero sólo si el club presenta el mencionado aval.

Cuesta creer que una entidad con 95 años de historia vaya a desaparecer por una cifra de cuatro millones de euros cuando sus máximos responsables -el que está presente y el que lo está por persona interpuesta- disponen de esa cantidad para otras inversiones en el negocio futbolístico y en el de la restauración «gourmet». Y sobre todo cuando reiteran que hay voluntad y remanente de sobra para mantener al Hércules otros tres años de calvario en la Segunda B si hiciera falta y cuando pregonan que en este club nadie ha dado la «espantada» como en el Recreativo de Huelva, a pesar de los posibles agravios con otros históricos como el Cádiz y el Deportivo.

En su habitual estrategia de la «patada a seguir», el club alicantino quiere ponerse de nuevo en manos de los políticos, PSOE y PP en particular, para intentar salvar este nuevo «match point».

A dos años de las elecciones municipales y autonómicas, calculan en los despachos del Rico Pérez, ¿van a concurrir a los comicios los dos partidos con el cadáver del Hércules de cuerpo presente? ¿Y por qué no? Hacienda somos todos. ¿O no?

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