Tras el último artículo de los estudiantes universitarios me han llegado muchos mensajes de antiguos alumnos.

Alguno de ellos me recordaron los consejos que daba en clase para afrontar los exámenes y el estudio. Tal vez a alguien pueden servir todavía.

Los antiguos alumnos recordaban con claridad tres cosas sencillas, ahí van:

Primero: al afrontar el estudio hay que recordar a Lao-Tse y a Julio César.

El camino más largo comienza por un solo paso. Buena forma de afrontar un temario largo y tedioso.

Y la sencilla frase del estratega romano, a quien elegiría si tuviera que cenar con algún personaje histórico. Divide y vencerás. Fantástico para ponerse a estudiar materias complejas.

Segundo: la importancia de lo que se da en clase en la Universidad y aquello que el profesor domina y, por tanto, va a caer en el examen fijo, se mide por el esfuerzo que realice al levantarse de la silla y escribirlo en la pizarra. Es infalible. Atento pues en clase.

Tercero: el método 888. Se trata de afrontar el oficio de estudiante con método laboral.

De lunes a viernes ( finde libre) divide el día en tres ochos. 8 horas para dormir, 8 para estudiar, 8 para todo lo demás.

Esto es, que si tienes 5 horas de clase un día te faltan tres de estudio para completar tu jornada laboral, si has tenido 7 te falta una y si no has tenido clase te faltan 8. De lunes a viernes y recomiendo no estudiar más allá de las 00:00 horas nunca. Con este método no hay carrera que se resista.

No estaría mal que todos los estudiantes recordarán que son eso, estudiantes, gente que se dedica a estudiar. Eso aporta cultura, base de experiencia y conocimiento y es la mejor manera de iniciar un viaje laboral cuando salgan al mundo exterior. Ir a la Universidad no es ser estudiante, es ser viajero. El oficio es estudiante.

Qué bueno si esto se viera acompañado de una actualización constante de métodos y técnicas de aprendizaje como los que hoy aportan las nuevas tecnologías. Si esa actualización se viera acompañada del conocimiento de idiomas en todas las carreras, si se actualizaran y revisaran temarios que eliminaran las grandes lagunas que todas las carreras sufren; si se incorporaran experiencias laborales externas a los estudios superiores; si se escucharan experiencias ajenas de empresarios y emprendedores, no solo académicos, al día a día universitario. Se puede hacer.