El padre de Internet está preocupado por la salud de su ya talludita criatura y empieza a tener serias dudas sobre la utilidad democrática de esa gran herramienta de comunicación que nació para servir a toda la sociedad. Tim Berners-Lee ha aprovechado que la red cumple 28 años para lanzar un aviso a navegantes: "A través del uso del big-data y de ejércitos de bots, quienes tienen malas intenciones pueden engañar al sistema para difundir información errónea y obtener un beneficio económico o político".
La manipulación de Internet es ya una certeza que la actualidad expande día a día. Y con ella se produce una serie de estallidos en cadena que van alterando o corrompiendo poco a poco el mapa geopolítico. Caídas de gobiernos, auge de políticos anegados por lodos populistas cuyo éxito era impensable tiempo atrás, generación creciente e imparable de corrientes extremistas de todo tipo y opresión, golpes constantes y cada vez más dañinos a la privacidad de las personas, semillas intolerantes sembradas en las redes sociales que nacieron para comunicar a las personas y que en muchos casos solo sirven para esparcir la peste de la agresión y los vientos de la intolerancia y el odio indiscriminado€
El inventor de la el inventor de la World Wide Web (WWW) pretendía crear "una plataforma abierta que permitiera a todo el mundo, en cualquier lugar, acceder a oportunidades y colaborar superando las barreras culturales y geográficas". La realidad, según su diagnóstico, es muy distinta. Nuestra información privada (gustos, datos personales, movimientos de consumo€) es la moneda de uso corriente con la que pagamos unos servicios que intentan vendernos como "gratuitos". Mentira. Ese gigantesco banco de datos sirve tanto a las tiranías como a gobiernos democráticos para tener un archivo sobre información privilegiada de los ciudadanos. El espionaje a escala industrial. Un Gran Hermano al que abrimos la puerta dócilmente. Encantados de ser transparentes.
Somos víctimas fáciles de los algoritmos pensados para atrapar nuestra atención. Nuestro interés. De ahí la enorme facilidad con la que se dinamita la verdad. Las noticias falsas son el plan nuestro de cada día en muchos centros de poder que saben cómo engañar. Guiar. Distorsionar: convencer. Los políticos se aprovechan de ello, incluidos muchos que se llenan la boca de promesas vacías. "Durante las elecciones de 2016 en los Estados Unidos, cada día salieron en Facebook unas 50.000 variantes de publicidades, una situación casi imposible de monitorear". La política como vía para lograr objetivos inmorales y pervertir los valores democráticos.
¿Y qué propone el padre de Internet? Trabajar con las compañías de la red para lograr un equilibrio que devuelva a la gente el control de una cantidad justa de sus datos, intentando implantar modelos de ganancia alternativos como los micropagos. Más: luchar contra el exceso gubernamental en las leyes de vigilancia. Y que imperios como Google o Facebook participen de la desactivación de las noticias falsas sin llegar a la creación de "algún cuerpo centralizado que decida qué es ´verdad´ o no". El hombre que inventó la red pide ayuda para salvarla. Entre todos.
