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José Emilio Munera

Román muestra el camino

En el estreno de Carlos Luque en el Rico Pérez y la vuelta al equipo de Chechu Flores, Nieto y Gaspar, fue Fernando Román quien mostró el camino al Hércules. El camino de la victoria, la actitud, el compromiso y la concentración. Y no sólo por su gol a pierna cambiada para sellar el triunfo, sino por su buen partido en defensa y por su línea de regularidad de toda la temporada que le han convertido en imprescindible para este equipo. Cuando a la mayoría le tiemblan las piernas y les pueden la presión y el bloqueo psicológico, el central madrileño sigue dando su mejor versión partido tras partido. No se altera, no pierde la compostura ni la posición y consigue goles tan valiosos como el de ayer y el del empate «in extremis» la jornada anterior ante el Prat. Con la gente de uñas tras una primera parte horrorosa y con el equipo a punto de bajar la persiana de la temporada a mediados de marzo, el grupo tiró de orgullo en la segunda mitad para aferrarse a la esperanza y las matemáticas. Bastó con adelantar unos metros las líneas blanquiazules y con una mayor proyección de los laterales Peña y Dalmau para meterle el susto en el cuerpo al Espanyol B, que fue mejor en el primer acto y no se adelantó de milagro por su incapacidad para aprovechar la «empanada» inicial de los de Luque: inseguros atrás, perdidos por completo en el medio con Checa y Espinosa a la deriva y desconectados en ataque. La sensación de inferioridad e impotencia que transmitió el Hércules en los primeros 35 minutos comenzó a cambiar cuando entraron en juego Chechu Flores y Nieto. El primero rozó el gol de cabeza a centro de Gaspar poco antes del descanso y el segundo fabricó la jugada del 1-0 de Dalmau en la reanudación con su clásica jugada de desborde y centro desde la línea de fondo. Por lejos que estén de su forma ideal, son jugadores que marcan diferencias en esta categoría. Con todo, nunca es primavera para este Hércules, que aflojó en defensa y se condenó a sufrir en los minutos finales al conceder el 2-1 en el único remate del filial en la segunda parte. Apuntalado por Román, Chechu y Nieto, el equipo creció en confianza y empaque y se ganó el derecho a seguir luchando por el milagro de la promoción de ascenso. Es lo mínimo que se le puede exigir: decencia y actitud.

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