„Cierto. Entonces, JC, explícame por qué esa ciudad va como va.
„¿Cómo? va??
„No tengo que explicarte yo que la ciudad está desvalorizada, que el centro se ha ido quedando obsoleto, que el plan urbanístico?
„¿Plan urbanístico, Pa?
„A eso me refería? Eso no es un plan, es un desclazaperros. Pero además está el lío de los nombres de las calles, que ya no saben los vecinos si se llaman Viva Franco o la abuelita Pasionaria. Y no te digo el bollo de la Diputación, entre ellos, con el Consell, con el Puerto y con su tía María la sorda. Y el asunto del valenciano?
„Ah?. El valenciano? Me has dado, Pa. El tema del valenciano es de mis favoritos.
„¿Tus? favoritos??
„Sí. Veamos: en el mundo hablan inglés 375 millones de personas, español 427 millones, chino mandarín 1.325 millones y valenciano alrededor del 35% de los habitantes de la Comunidad Valenciana? me salen casi dos millones, que además también saben español. ¿Qué idioma se te ocurre a ti, Pa, así a bote pronto, que deberían conocer los estudiantes preferentemente, aparte del materno?
„¿No será el valenciano?
„¡Vaya! Pues los rectores de la Comunidad Valenciana piensan que sí. Para ellos es más importante el valenciano que el inglés, o que una tesis doctoral, o que un médico pueda leer revistas punteras de su especialidad.
„Angelitos?
„Si está muy bien preservar tradiciones y que cada uno hable lo que desee. Pero hay un pequeño detalle que parece que se les escapa: una lengua sirve para comunicarse, y con cuanta más gente puedas hacerlo mucho mejor. Además si te sirve para entender los avances científicos y tecnológicos, mucho mejor.
„¡Cierto como que yo anduve sobre las aguas! Pero además hay otra cosa.
„Te escucho.
„Lo que se impone se acaba odiando. A mí, sin ir más lejos, me impusieron en el cole de Palestina el dálmata clásico. Y no imaginas la tirria que le cogí.
„Comprendo. Por eso retiramos el arameo de las escuelas.
„Pero me hablabas de Alicante? que nos hemos ido?
„Es verdad. Te decía que con tanta gente valiosa y la ciudad hecha unos zorros. ¿Por qué? Sencillo: Las personas normales han dejado en manos de sus representantes los asuntos públicos, ya no se ocupan de ellos, para eso pagan a otros. Y resulta que esos otros no es que sean malos.
„¿No?
„No. Son peores. Resulta que la política ha perdido todo atractivo para gentes normales, profesionales cualificados, currículos brillantes, cerebros de alto cubicaje y bolsillos estrechos. Así que la han tomado por asalto individuos/as de dudosa cualificación, profesionales del asunto. Y como no son muy lúcidos se rodean de asesores, que tampoco son precisamente lumbreras. Y entre asesores, enchufados del partido, familiares y mediopensionistas, la cosa pública está regular.
„Comprendo. ¿Qué se te ocurre?
„Pues muchas cosas. En primer lugar profesionalizar la res pública: que se necesita un urbanista que diseñe la estrategia de Alicante, contratamos a Juan Blanco, un arquitecto competente, sensato y con experiencia. Eliminamos los asesores: si un político los necesita es que no sabe de qué está hablando, así que fuera los dos. Y les pedimos un certificado de idoneidad para ser político. Te contaría historias de tipos que están llevándose casi cien mil euros al año que no han acabado ni la EGB y van presumiendo de inventar la Relatividad Especial.
„Los tengo fichados. Ya sabes que en nuestro libro gordo constan todas esas fechorías.
„Y luego está el tema del integrismo ideológico. Vamos a ver, ¿no hay otra cosa que les preocupe a los alicantinos que los rotulitos de las calles? ¿Es normal quitar el nombre de Onésimo Redondo para poner el de Pablo Iglesias? ¿Qué pasa, que cuando vengan unos les pondrán las
„Yo les doy una idea, para contentar a todos: Calle de Onésimo Iglesias. Calle de Primo de Pasionaria. Calle del 18 de julio de 1931.
„¿Tú crees que captarán la ironía, Pa?
