A los alicantinos que de sus coches apenas ven el techo porque han quedado sumergidos por el agua y a quienes aún hoy están sin luz porque los sótanos y espacios comunes de las urbanizaciones están inundados no les debe hacer gracia alguna que el Ayuntamiento de Alicante se escabulla del problema. Si esas urbanizaciones -que hoy se afirma están construidas por debajo del nivel freático- se hubieran levantado ilegalmente, sin permisos municipales, tendría razón el Ayuntamiento y deberían ser los vecinos quienes costeen las obras necesarias para que esa zona no acabe en catástrofe cada vez que hay unas lluvias intensas. Pero como los edificios se construyeron con su licencia reglada y las viviendas se compraron, registraron y dieron de alta en el IBI con la aquiescencia municipal, el Ayuntamiento debe ahora asumir el coste de las infraestructuras necesarias que en su día no exigió a los promotores para que los residentes no tuvieran estos graves problemas cada vez que llueve.
