Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rogelio Fenoll

Comparaciones

Leo al concejal de Seguridad de Alicante decir que ante el diluvio del lunes se activó el protocolo municipal de emergencias por el aluvión de llamadas ya entrada la noche. Su jefe, el alcalde, abunda en el esperpento: «En esta gota fría fallaron todos los mecanismos de alerta». Imagino que el señor Echávarri se refiere a que nadie le telefoneó ni a él ni a su edil a las 13 horas ni a las 17 horas ni dos horas más tarde para decirle que llevábamos todo el día bajo una lluvia constante y que aún podría caer la del pulpo, técnicamente una gota fría, aunque con solo asomarse al balcón podía ver que por momentos estábamos dentro de un monzón. Las gotas frías, además de por su virulencia, se caracterizan por su imprevisibilidad: nunca sabemos si serán fuertes, muy fuertes o devastadoras. Echávarri y Marcos no se enteraron de que desde el miércoles de la semana pasada los meteorólogos venían avisándonos de que el lunes las temperaturas caerían en picado y que desde el sábado estábamos en alerta por riesgo importante de viento, lluvia y nieve. La Aemet, los medios de comunicación y la ciudadanía hablaban de esto, pero el alcalde y el concejal necesitaron que unos cuantos alicantinos desesperados con problemas en garajes, rotondas y avenidas les llamaran por teléfono para darse cuenta de la gravedad de la situación. Al alcalde de San Vicente, Jesús Villar, tampoco le llamó nadie, pero vio que llovía mucho y no se le ocurrió otra cosa que convocar por la tarde a los ediles de presidencia, seguridad y educación y plantearse los riesgos que para la circulación y los colegios conllevaría que siguiera lloviendo. Su equipo de gobierno, que es cuatripartito y del mismo color que el alicantino, contactó con los directores de colegios y decidió anunciar en redes la suspensión de clases. Él personalmente se puso manos a la obra en Twitter, Facebook, Instagram y Whatsapp. Antes de que llegara su comunicado oficial a Facebook y a los medios de comunicación yo ya lo tenía en mi móvil vía Whatsapp, a través de terceras personas -porque no le sigo en ninguna red-, en una cadena admirable de una comunidad de vecinos interactuando por el bien común. No creo que nadie en San Vicente desconociera a las 22.30 h. las advertencias oficiales: el post de la Policía Local lo vieron más de 23.500 personas, se compartió 500 veces y se hizo viral en minutos. La noche del lunes vimos la diferencia entre «nadie me ha avisado» y «me pongo las pilas sin esperar a que me avisen».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats