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Juan José Millas

La auténtica noticia

Con la planificación, nos protegemos del azar. La historia de la humanidad se podría contar desde el intento de controlar la suerte. Por eso comenzamos a sembrar: para recolectar. Y a domesticar animales: para disponer regularmente de leche y carne. De este modo el azar quedó malherido, pero fue sustituido por la fatalidad: la fatalidad de la sequía que diera al traste con lo sembrado, o de una epidemia que acabara con nuestra cabaña. A veces, con las dos cosas a la vez. No obstante, los márgenes de la incertidumbre, en nuestra fantasía al menos, se fueron reduciendo hasta el punto de que todo cuanto nos ocurre es producto de un diseño previo. Eso es lo que creemos. Cuando alguien se muere, lo primero que preguntamos es si fumaba. Lo segundo, si bebía. Lo tercero, si hacía deporte. No nos cabe en la cabeza que alguien que corra, que no pruebe el alcohol y que evite el tabaco sufra un infarto. Si te mueres, algo has hecho mal.

A lo mejor, no has hecho nada mal. Quizá el azar, nuestro viejo amigo, he entrado en escena. El azar es la vida y la vida se presenta cuando menos lo esperas. Estás escuchando la radio, por ejemplo, y suena el móvil del locutor, que olvidó apagarlo. Se trata de un suceso nimio que rompe la planificación. Nos gusta por eso, porque al quebrar el proyecto, nos pone en contacto con la condición esencial de nuestras existencias. El otro día, la BBC entrevistaba en directo al profesor Robert Kelly, que hablaba desde su casa, cuando la puerta de la habitación se abrió y entró una niña alborotadora. Y, tras ella, un bebé en un taca-taca. El profesor continuó hablando como si no ocurriera nada mientras una niñera se llevaba a los pequeños. La imagen ha salido en todas partes. ¿Por qué? Porque era una muestra de que la vida verdadera, no la vida enlatada, en la que pasamos la mayor parte del tiempo, interrumpió la planificación. Ignoramos de qué hablaba el profesor porque la noticia no era de qué hablaba, sino de lo que ocurría en su despacho mientras hablaba.

La noticia no es lo que viene en el periódico o lo que vemos en la tele. La noticia es lo que nos ocurre mientras vemos las noticias. Lo que nos ocurre y lo que se nos ocurre. En ocasiones, lo que se nos ocurre resulta más letal que lo que nos ocurre.

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