Ser periodista, opinante, articulista, columnista en España, hoy por hoy, no tiene mérito alguno. No hay que calentarse mucho la cabeza para sacar la lengua a pacer o echar el cuarto a espadas, que también se dice. Hoy por hoy, en España, te están poniendo el artículo a huevo cada cinco minutos. Porque España, hoy por hoy, más que un país, es un monólogo de Miguel Gila, el genio de la camisa roja y la babilla blancuzca en la comisura del belfo. «¿Es España?, ¿Está el encargao? Que se ponga».
España nos viene siendo a todos una ópera bufa, una mascarada y si no fuera por lo trágico de sus nieblas, tinieblas, sus bajos y sus cloacas donde todos comemos mierda, era para estar a toda hora echándonos unas risas, un manda huevos y un no me lo puedo «de» creer. De la monarquía abajo todo es un chiste, un camelo, una baratija. A su alteza real, la menina bobalicona, la virginal princesita de Rubén, espejo de doncellas y dechado de virtudes, le han cambiado el nombre. Ahora la infanta es la Eva. También podría haber sido la Choni, la Chari o la Jesi. La justicia le pagó/pagamos una pingüe cantidad por no saber nada y la jurisprudencia la ha dejado, atendiendo a la protección de datos de los acusados, convertida en una suerte de poligonera de brazos fieramente tatuados y brazalete de púas. Ya puestos a despistar a futuros historiadores, podían haberle también cambiado los apellidos: la Eva Sora Fiscal (es de justicia reconocer que la gracieta no es mía. La vi en esa selva de ingenio, gatitos o vulgaridad que son las redes sociales).
Ítem mas. Los ataques a la formación emergente, ésa que salió de la calle y se metió en el congreso, los popes ya no saben cómo meterles mano. Les han acusado de cortar flores, de llevar rastas, de meter piojos en el hemiciclo, de guarrindongos. Se ve que lo de Venezuela ya no pueden estirarlo más y ahora, una docena de periodistas se chiva a la asociación de prensa de estar más que amedrentados, aterrados ante insultos y amenazas de dicho partido. La asociación de prensa no tarda en hacerlo público sin aportar ni nombres ni pruebas. Hombre si atendemos al físico, don Pablo y don Íñigo, mucho miedo no dan, francamente. Fraga, que gloria haya, sí que era un gigantón. Yo creo que a Fraga le bastaba media hostia para arrancarle a un periodista la cabeza.
Otrosí. Al presidente de Murcia lo pillan con el culo al aire en otro caso «aislado» de corrupción. Indicios, a manta de Dios que, además de corrupto, hay que ser memo para ir dejando pruebas de las trapacerías en todos los medios posibles, en correos electrónicos, en llamadas, en mensajes de móvil... como el amante que chatea con la amante y deja el móvil abierto encima de la mesa de la cocina, una cosa así. En cualquier país civilizado (lamento insistir, España ya no es un país civilizado si no una broma macabra) por hacer un copia/pega en una tesis doctoral, que se han dado casos, el «vip» en cuestión, abandona su cargo, pide perdón y se da el piro con la cara colorada, muerto de vergüenza. Pero aquí de eso ya no queda. Pongan los ítem mas y los otrosí que les parezca que se me acaba el espacio. Termino con una cita de otro gran maestro, Forges, en este caso:
¡PAÍS!
