Su nombre completo, Alberto Valero Candelario, recuerda su nacimiento el 2 de febrero, festividad de la Purificación de la Virgen, día de la Candelaría en Sax, pueblo al que nunca olvidó Alberto Sols, como puso de manifiesto en la conferencia que impartió en Sax el 10 de octubre de 1987, con el siguiente título: «De Sax a Madrid pasando por Estados Unidos».

También en el pregón que pronunció hace treinta años, el 30 de enero de 1987, recordó su infancia en Sax, y contó que estuvieron a punto de llamarle Blas, aunque al final sus padres decidieron poner el nombre del abuelo materno.

Su pueblo quiso corresponderle con diversos homenajes, como el nombramiento de «Hijo Predilecto» el 3 de febrero de 1988, y entrega de la medalla de la Villa, fecha en la que también se inauguró el Colegio y Plaza que lleva su nombre.

Para Alberto Sols, la curiosidad era el motor de sus investigaciones, como recuerdan sus discípulos, quienes también evocan la frase que siempre les repetía para convencerles de su vocación por la investigación científica: «Cien años que volviera a nacer, cien veces volvería a dedicarme a la Ciencia».

Fallecido en Denia el 9 de agosto de 1989, a los 72 años, Alberto Sols tuvo la oportunidad de asistir en Sax a las dos primeras entregas de los Premios «Alberto Sols» a las Ciencias de la Salud, en 1987 y 1989. En 1989 estuvo acompañado en dicha entrega por su amigo el premio nobel Severo Ochoa.

En su testamento, aparte de su deseo de ser enterrado en Sax, también dejaba a su pueblo natal su legado material: publicaciones, documentos, objetos personales, etc., y conservados en la casa donde nació, en la calle Mayor, nº 30, actual sede del Centro de Estudios y Archivo Histórico Municipal (CEAHM) «Alberto Sols».

Pero también perdura su legado inmaterial, como reconocen sus discípulos: su búsqueda de la excelencia, su insistencia en el rigor experimental, en explorar el significado de los resultados, y en la presentación de los mismos de forma clara y con una actitud mental abierta a otras interpretaciones.

Y en febrero de 2017, cien años después del nacimiento de Alberto Sols, dos lugares, Sax y Madrid, han conmemorado su centenario. En Sax, el 2 de febrero, en plenas Fiestas de San Blas, el Ayuntamiento organizó un sencillo acto de homenaje en el cementerio, a las diez de la mañana, llevando unas flores a su tumba y descubriendo una placa en recuerdo de esta efeméride. Su hijo Jaime dijo unas palabras de agradecimiento y el poeta sajeño Aurelio Arnedo leyó un texto conmemorativo.

Este reconocimiento es el inicio de los actos que el Ayuntamiento de Sax tiene previsto celebrar a lo largo de todo el año: exposiciones científicas, charlas y conferencias, talleres experimentales, ciclo de cine de ciencia, congreso científico y exposición y catálogo monográfico del bioquímico sajeño.

Y en Madrid, los días 20 y 21 de febrero, en la sede de la Fundación Ramón Areces, tuvo lugar el Simposio Internacional: «Siguiendo el camino de Alberto Sols: homenaje en el centenario de su nacimiento».

«Ha sido el primer científico en implantar con éxito la Bioquímica en suelo español». Esta frase del Nobel Severo Ochoa resume la importancia de la figura de Alberto Sols, quien supo aglutinar y formar en España un grupo de investigación de prestigio internacional.