Por si no hubiera hecho ya suficiente daño en Estados Unidos contribuyendo a la elección de un personaje tan divisivo como Donald Trump, el portal digital de noticias Breitbart News quiere establecerse también en el Viejo Continente.
Ese portal de ultraderecha que dirigió Stephen Bannon, hoy principal estratega del presidente de ese país, se ha especializado en la difusión de mensajes de odio, opiniones políticamente incorrectas y falsos rumores.
Breitbart es una máquina inventada para esparcir basura racista y xenófoba en el convencimiento de que, aunque se demuestre la falsedad de muchas de las cosas que cuenta, siempre quedará algo que hará dudar a la gente.
El ex banquero y multimillonario Bannon, que se ha comparado nada menos que con Lenin, no ha hecho ningún secreto de su objetivo político es destruir al establishment de su país para que éste recupere la grandeza perdida por culpa de la cobardía y la traición de sus elites.
Acabada la Guerra Fría y acostumbrado a pensar, como el jurista alemán Carl Schmitt, sólo en términos de enemigo/enemigo, Bannon encontró rápidamente un sustituto al derrotado comunismo: el islamismo radical.
Para la ultraderecha, el islam no es tanto una religión cuanto una peligrosa ideología, que se ha propuesto destruir a un Occidente de raíces judeo-cristianas, defendido hasta ahora con demasiado poca convicción por quienes deberían hacerlo.
Cuenta el semanario Die Zeit que el embajador de Alemania en Estados Unidos, Peter Wittig, pudo hacerse una idea cabal de lo que piensa Bannon de esa Europa que tanto se ufana de sus valores, hoy en peligro, cuando acudió a verle a la Casa Blanca hace unas semanas.
Aparte de criticar la política de refugiados de la canciller Angela Merkel, Bannon le dijo al diplomático que Alemania y Estados Unidos deberían colaborar en lo económico como dos naciones independientes sin que la primera pretenda hacerlo en el marco de la Unión.
Con esta última, a la que la nueva Casa Blanca ha demostrado no respetar, Washington no piensa firmar acuerdos comerciales, explicó el Rasputín de Donald Trump, quien se declaró en la entrevista con el embajador germano admirador de Nietzsche y de Hegel.
El plan destructivo de Breitbart para la UE pasa, según Die Zeit, por abrir dentro de entre seis y ocho meses una oficina en Alemania como la que tiene ya en el Reino Unido, país cuya decisión de abandonar el club europeo recibió todos los parabienes de la nueva Casa Blanca y por supuesto de la gente de Breitbart.
Este portal parece perseguir una clara estrategia en Europa: se trataría, al igual que hizo en EEUU, de dividir a la ciudadanía, enfrentando a las elites - políticos y medios de comunicación- con el pueblo llano, víctima de la globalización y de la corrección política.
Si en Alemania su objetivo es potenciar a la derechista Alternativa para Alemania, en Francia buscaría hacer lo mismo con el Frente Nacional de Marine Le Pen.
La cuestión es sembrar dudas sobre la democracia liberal, aprovechando el descontento de muchos ciudadanos que se sienten cada vez más abandonados por los partidos tradicionales y, en su desamparo, parecen dispuestos a agarrarse a un clavo ardiendo.
