Soy de los convencidos de que Alicante no ha tenido la suerte de tener un buen alcalde, un alcalde capaz de liderar y aglutinar voluntades en un proyecto de ciudad y eso se nota.

A los gobiernos presidencialistas de Lassaleta o Luna le siguieron durante veinte años sucesivos gobiernos del PP, prepotentes, arbitrarios y corruptos que dejaron una ciudad endeudada, maltratada, desequilibrada y desvertebrada, en manos de intereses y negocios privados.

Las elecciones de 2015 supusieron una gran oportunidad para cambiar las formas de gobernar y desarrollar un modelo participado de ciudad. El fin de mayoría absoluta obligaba a los partidos al diálogo, al acuerdo y al pacto. Tomamos nota del mandato ciudadano e hicimos ese esfuerzo que se plasmó en el pacto de gobierno suscrito por Guanyar Alacant, PSOE y Compromís.

Un pacto en el que la figura del alcalde podía y debía ser elemento clave como dinamizador, impulsor y coordinador de un gobierno pluripartidista, cuya hoja de ruta estaba pactada. Lamentablemente el alcalde del partido socialista, Gabriel Echávarri, no ha estado a la altura de ese reto. Creo que su objetivo era ser alcalde a cualquier precio y, una vez conseguido el objetivo, con sólo seis concejales se ha dedicado a ejercer como si tuviera mayoría absoluta y, lo que es peor, haciendo oposición a sus propios socios de gobierno con un fin exclusivamente partidista; un error que debiera reconocer y rectificar por el bien de la ciudad y de la salud del tripartito.

En demasiadas ocasiones nos ha sorprendido con iniciativas unilaterales y personales que ni consulta ni negocia ni acuerda con sus socios de gobierno. La última ocurrencia, peregrina y estrambótica, ha sido el plan de ampliación del paseo litoral de la Explanada y Paseo de Canalejas, peatonalizando el Paseo de Los Mártires de la Libertad (antigua avenida de Conde de Vallellano) y desviando el tráfico de la fachada marítima por la zona portuaria y zona Volvo, incluyendo el soterramiento de una parte en la bocana del puerto.

La propuesta no sólo es inviable técnica y jurídicamente, al introducir el tráfico dentro de la zona portuaria, túnel incluido, que partiría el recinto fiscal e impediría la libre circulación de las mercancías en el interior del puerto (la Autoridad portuaria ya la ha desechado), sino también desde el punto de vista económico, por el injustificado coste de más de 30 millones, un derroche que la ciudad no se puede permitir. Pero lo más grave del asunto ha sido la actitud política de un alcalde que oculta una vez más la propuesta a sus socios, con el fin de rentabilizar (?) la iniciativa. Es un ejemplo más de la forma de actuar de este alcalde que se lanza a la piscina sin agua con el consiguiente y traumático resultado.

Esta propuesta no es ni nueva ni original. El PP ya apostaba por soterrar el tráfico por ese tramo (fiel a su política de derroche económico) y ahora Echávarri apuesta por la misma política de derroche, en un proyecto sin pies ni cabeza de desviar el tráfico por el corazón de la zona portuaria. Ambas propuestas carecen, desde mi punto de vista, de rigor económico y sentido común y caen en el mismo error de seguir canalizando el tráfico rodado por el frente litoral.

Recuperar la fachada marítima para el disfrute ciudadano es una idea muy positiva y un objetivo que Guanyar Alacant comparte. Lo que no podemos compartir es que se mantenga la fachada marítima como la ronda sur de circunvalación del tráfico de la ciudad.

Guanyar Alacant en su programa, como ya lo venía haciendo Esquerra Unida en la pasada legislatura, es partidaria de la progresiva peatonalización de espacios de la ciudad y la consecuente limitación al vehículo privado. Consecuentemente propone la peatonalización de la fachada marítima (cuestión consultada en su día a la Autoridad Portuaria que obtuvo el visto bueno), pero al mismo tiempo apuesta por la desaparición del tráfico de la fachada litoral, supeditada claro está a la finalización ?ésta es la obra más urgente que necesita la ciudad- de la Vía Parque como solución alternativa de canalización del mismo.

Alicante debe recuperar el espacio natural, cultural, turístico y comercial de la fachada marítima, por ello Guanyar Alacant apuesta por una solución consensuada, rigurosa, práctica, menos costosa y sostenible que se concreta en:

1. Liberar de tráfico de paso la fachada costera entre Sangueta y el complejo Panoramis, que obstaculiza el contacto de espacios emblemáticos y barrios de la ciudad con su frente litoral, peatonalizando y ganando para la ciudad el mayor espacio posible de la fachada marítima. Una actuación que permitirá integrar un puerto abierto y colaborativo.

2. Urgente finalización de la Vía Parque, proyecto inacabado desde hace más de treinta años que exigimos a la Generalitat, y canalización decidida del tráfico de paso de un lado al otro de la ciudad a través de las tres rondas naturales de circunvalación interior, Gran Vía, Vía Parque y Autovía A-7.

Esta ciudad no necesita túneles ni soterramientos, sino ideas prácticas y sostenibles, rigor y? mucho sentido común.