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Marc Llorente

Sofocando incendios

Tierra del fuego.

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

De Mario Diament. Dirección: Claudio Tolcachir.

Hay hechos reales que pueden dar origen a la creación de episodios y referencias para una obra teatral. Tratada de una manera u otra, la realidad siempre es motivo de inspiración. Más aún en ciertos casos como el que aquí nos ocupa, donde la investigación histórica es necesaria para acercarse, al menos, a las características del teatro documental, que basa la dramaturgia y la escenificación en fuentes auténticas. No obstante, como dice el autor de Tierra del fuego, el periodista y escritor argentino Mario Diament, se trata de «una pieza de ficción» sobre el conflicto entre israelíes y palestinos. Concretamente, la historia de una exazafata israelí, víctima de un atentado en 1978 y en el que murió su mejor amiga. Tras 22 años decide encontrarse con aquel terrorista detenido y condenado en Londres. Y se escuchan para establecer un diálogo y llegar a algunas conclusiones. La convivencia pacífica, la esperanza y la justicia pueden ser posibles. Las espinas traspasan las fronteras del Medio Oriente y no es cuestión de justificar ninguna clase de violencia. Pero sí de encontrar un equilibrio al margen de rígidos intereses, analizar las causas, los puntos de vista y las consecuencias dramáticas. La mujer judía quiere saber por qué pese al rechazo familiar a esa decisión, y el palestino encarcelado y arrepentido defiende que «la violencia no arregla nada. Es responder a una injusticia con otra injusticia». Alicia Borrachero y Abdelatif Hwidar desgranan las claves del asunto bajo la dirección de Claudio Tolcachir y con la cercanía de Ben Temple, Juan Calot, Malena Gutiérrez y Hamid Krim, un sobrio y eficaz equipo en el que ella, dolorida y queriendo esclarecer, lleva la voz cantante en el escueto espacio que vimos en el Principal. Así funcionan las ligeras escenas con el peso de la palabra y la idea del «distanciamiento» en varios planos, dramatúrgico, interpretativo y escenográfico, que quieren estimular la capacidad reflexiva, el reconocimiento mutuo, más que las emociones. Tolcachir sabe administrar esos recursos inteligentemente y con experiencia, y su compatriota Diament se inspiró en diversos libros y en los documentales Mi terrorista y Mi Israel, de la exazafata Yulie Cohen.

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