Lo primero que interesa conocer es el de los datos de la pobreza. En la Comunidad Valenciana hay una tasa de paro del 21,15%, a la que hay que añadir la cantidad de empleo sumergido y precario con estrategia de supervivencia, que tiende a consolidarse, apareciendo una nomenclatura «los trabajadores pobres». Ha aumentado también la conflictividad en el hogar, el aumento del chabolismo y la infravivienda, el aumento de los problemas de salariado. La calidad de vida infantil también es preocupante, pues aumenta la tasa de abandono escolar temprano. El colectivo de personas sin hogar aumentó y se agrava su situación. Es evidente que nos encontramos ante una crisis estructura económica, social y ambiental. El secretariado diocesano de caridad ha puesto en marcha un conjunto de programas y actividades que están resolviendo todos estos graves problemas. En primer lugar ha puesto en marcha áreas y programas de actuación, por ejemplo, proyectos de costura y bordados, proyectos de reciclaje de ropa, proyectos de hostelería y cocina, proyectos de reciclaje de electrodomésticos y empresas de resección, proyectos «huertas urbanas», proyectos de orientación laboral. Junto a estos programas ha puesto en marcha otros semejantes como proyectos de equipo de calle, reducción de daños, proyectos residuales de atención y apoyo a familiares e infancia, áreas de acción en el territorio, de cooperación internacional, de campo de trabajo, de comunicación, formación y sensibilización, comunicación cristiana de bienes, etcétera. Después de estos proyectos de trabajo, ha elaborado el proyecto de construcción del futuro para nuestra Iglesia Diocesana. Así está la realidad del secretariado diocesano de caridad. Todos los problemas económicos y sociales del mundo obrero se tratan de resolver.