l Barómetro del CIS, el gran oráculo de los pronósticos electorales, correspondiente a enero de éste año daba los siguientes porcentajes de voto en intención directa: PP, 20,7% ; Podemos y sus confluencias suman el 15%; y, el PSOE un 12,7%; Cs un 8%, etcétera. Tras pasar por la cocina las estimaciones respectivas quedan 33% para el PP, 21,6 para Podemos, 18,6 para el PSOE y un 12,4 para Ciudadanos. Si comparamos con la estimación de voto del año pasado todos bajan entre 1 y 2 puntos, excepto el PP que sube mas de un 4%. En intención directo de voto el PSOE baja casi dos puntos, Podemos casi 4 y el PP sube mas de 2. Un año después de las últimas elecciones generales de junio de 2016 y de la defenestración de Pedro Sánchez en el Comité Federal del PSOE en octubre los sondeos no ofrecen mejores resultados significativos, tampoco comparando con el último sondeo, mas bien lo contrario.

Uno de los argumentos expuestos para votar contra Pedro Sánchez era que desde su elección como secretario general del PSOE en 2014 fue sacando cada vez peores resultados, pero no es exacto; y lo que es peor, no fue esa la razón. En las autonómicas y locales el PSOE obtuvo un menor porcentaje de votos válidos por la simple razón de que el electorado reparte su voto entre cuatro partidos. Aún así, la izquierda- PSOE y Podemos- obtuvo mas votos y aumentó con relación a la derecha- PP, Cs- y por eso aumentó su poder institucional y gobierna desde entonces en mas comunidades y ayuntamientos. El PSOE, en particular hegemoniza los votos en la izquierda. En votos válidos, en las generales de diciembre y junio el PSOE pasó del 22,0% de los votos al 22,63%. Los únicos partidos que aumentaron fueron el PP, unos cuatro puntos; el PSOE, seis décimas y ERC con dos décimas. El PSOE a pesar de aumentar en votos bajó de 90 a 85 diputados. La razón es que subió en las grandes ciudades, entre los jóvenes, en las provincias mas densamente pobladas. Cortó la sangría hacia Podemos y así evitó el sorpasso. Por eso aun con mas votos obtiene menos escaños.

Estos «peores resultados» es lo que llevó a Javier Fernández, el presidente de la Gestora del PSOE, a confesar ante el Comité Federal socialista del pasado enero que «al día siguiente, -de las elecciones- la inmensa mayoría de los dirigentes de éste partido sabíamos lo que había que hacer, lo que no sabíamos era como ganar el Congreso después de hacerlo», «callarlo sería insultar a la verdad». Lo dijo en un brillante y valiente discurso -sin papeles- muy bien estructurado, con una profunda convicción. En el mismo afirma que por lealtad con la anterior Ejecutiva planteó la necesidad de poner «rumbo a la abstención». Debió ser el único, porque el Comité y los barones dirigentes aprobaron seguir con el «no es no», mientras en declaraciones y reuniones en plenas campañas autonómicas y generales breaban a Sánchez. Probablemente porque sabían, aunque no lo dijeran, lo que había que hacer: pactar con el PP o abstenerse. No lo dijeron, porque no sabían como ganar después el Congreso. Resultado: donde más escaños, y también votos perdió el PSOE fue en Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha, los más beligerantes contra Pedro Sánchez, y una provisionalidad que dura meses.

Javier Fernández es uno de los líderes mas valorados según el CIS, aunque solo le conocen uno de cada cinco electores. Los ciudadanos se autoubican, según el CIS, mas a la derecha 4,76 frente a 4,63 de hace un año. Entre los principales problemas el primero sigue siendo el paro, casi cinco puntos menos, pero aumenta la preocupación por la situación económica, la calidad del empleo y la sanidad -dos puntos mas cada uno-. La corrupción baja mas de cinco puntos como problema para los españoles. Los indicadores de la labor del Gobierno: la mitad piensa que es mala o muy mala; en octubre de 2015, último dato disponible, era el 57,6%: la labor de la oposición la consideran mala o muy mala el 63´1%, antes sólo la mitad la consideraban así. El 16% consideran que la labor del gobierno es buena o muy buena; mientras sólo el 5% valora como buena o muy buena la labor de la oposición. Estos son algunos efectos en la opinión pública. Para este viaje no hacían falta alforjas, que diría un castizo.