Luz Gabás es una escritora nacida en Monzón, que es una ciudad española, sita en la provincia de Huesca, en la ladera del cerro de un imponente castillo árabe, cuya primera novela titulada Palmeras en la nieve es un relato histórico, de amor y aventuras, que narra como a mediados del siglo XX, dos hermanos abandonan la montaña oscense para emprender un viaje a la antigua colonia española de Fernando Poo, y descubrir una vida más atractiva que en la España de la época, vivir las disparidades entre colonos y nativos y conocer el auténtico significado de la lealtad, la aventura, la pasión y el amor.

Y acaba de ser editada la última novela de Luz Gabás titulada Como fuego en el hielo que está ambientada en la España de mediados del siglo XIX, en el final de la regencia de Espartero y muy poco antes de que comience el reinado de Isabel II, y que desarrolla una historia de dos jóvenes enamorados a quienes las obligaciones familiares llevan a vivir separados, de modo que las guerras carlistas y las revoluciones que van surgiendo en ese agitado periodo servirán para distanciar más a los protagonistas en una historia de engaños, adhesiones, orgullo y superación.

Y me cuentan que Benasque, que es un valle aragonés del Pirineo situado en la comarca de La Ribagorza, es un emplazamiento que ha servido de inspiración a la autora en sus obras anteriores y que vuelve a estar presente como escenario insinuado en este su último libro y que manifiesta la autora que el título de su novela presenta nociones aparentemente antagónicas pero que muchas veces la vida se plantea como una pelea constante entre sentimientos enfrentados, y que en este caso la idea fue pasión y razón o fuego y hielo.

Y es que la pasión es una emoción basada en un sentimiento muy intenso que en ocasiones es compatible con la razón de modo que el aumento de una provoca la disminución de la otra, por lo que a veces buscamos la justa medida entre ambas, o sea, entre el fuego y el hielo, y otras nos rebelamos, y más románticos o idealistas, luchamos por cambiar la realidad por una pasión.

Y pensando en la antítesis del hielo y el fuego y en que imagino un idílico paisaje de nieve y palmeras, mientras incorporo a mi biblioteca dos nuevos libros pendientes de lectura cierro los ojos e imagino un viaje al Pirineo Aragonés con rutas y cascadas, y villas medievales, y castillos y calles, y ríos y caballos, y embalses y pantanos.

Y cierro los ojos y todo resulta tan sugerente, hipnótico, atractivo y emocionante, que cambio mi destino, mi propósito, mi rumbo y mi pasión...