Tevenet salvó el puesto con la victoria ante el Eldense, pero el peaje llega una vez más en forma de lesión. Y frustra especialmente que el percance fuera totalmente evitable. Chechu Flores, uno de los tres mejores jugadores de la plantilla y referente dentro del vestuario por su personalidad, estaba recién recuperado de su lesión de rodilla que le mantuvo un mes de baja. Le hacía ilusión reaparecer en Elda, pero el gemelo le dio un primer aviso en el último entrenamiento del sábado. Y otro segundo en el calentamiento previo al choque del domingo. En circunstancias normales, jugando en el campo del colista y con el partido ya encarrilado (0-1), Chechu debiera haber esperado una semana más para volver a competir. Pero Tevenet, plenamente consciente de que se jugaba su futuro, asumió un riesgo innecesario y le dio entrada en el minuto 62. Imprudencia grave del sevillano, ya que Chechu le pidió el cambio sólo 18 minutos después. Y su cara después de pasar por la ducha era un poema. Ahora deberá parar unas cuatro semanas y volver a morderse las uñas en la grada. El Hércules se juega la vida y su pilar no está disponible por una imprudencia evitable.