El mismo día en que este diario informaba de que peligraba el proyecto de mediación intercultural que desde hace años se lleva a cabo en el instituto Virgen del Remedio ante la falta de apoyo del Ayuntamiento, una asesora de Guanyar intentaba trasladar el mensaje de que esa competencia no era de su concejala de Acción Social, Julia Angulo, quien según afirmaba, «nada tenía que ver con el tema», trasladando la responsabilidad a Compromís en la persona del concejal de Coordinación de Proyectos, segundo teniente de alcalde y portavoz del Ayuntamiento de Alicante, Natxo Bellido. A su vez, Bellido trató de quitarse responsabilidades sobre la falta de apoyo a este valioso programa de intervención social, explicando que ese inexistente Plan de Ciudad que se fija como horizonte el año 2024 junto al Edusi apoyado con fondos europeos serían la solución. Mientras tanto, ni las concejalas de Educación o de Inmigración se dieron por aludidas, como si el tema nada tuviera que ver con sus competencias. Y como colofón de este dislate, fue el alcalde, Gabriel Echávarri, quien finalmente anunció que si el programa no se financiaba desde otras áreas sería Alcaldía quien asumiría el coste para garantizar así su continuidad.

El episodio retrata a la perfección la actuación negligente de un tripartito más preocupado por echarse las culpas y responsabilidades entre ellos que por afrontar y resolver los verdaderos problemas de la ciudad, aunque sean cuestiones esenciales de las que llevan años haciendo bandera y que figuran como prioridades en sus compromisos electorales y en el mismo programa de gobierno municipal suscrito por PSOE, Guanyar Alacant y Compromís per Alacant. Ni siquiera el hecho de que el Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana hubiera emitido una contundente resolución, con fecha 20 de enero en la que mostraba su preocupación por el riesgo de supresión del programa de mediación del IES Virgen del Remedio ante la pasividad institucional, llevó a los concejales del tripartito implicados a mostrar preocupación e interés por el esforzado trabajo que profesionales, técnicos y profesores llevan a cabo desde el año 2001 con este programa en la Zona Norte de la ciudad, con el nombre de «aCu4troBandas». Lejos de transmitir empatía, respeto, cercanía y apoyo cuando la noticia de la falta de apoyo municipal a esta intervención se hizo pública, actuaron con una enorme irresponsabilidad intentando quitarse el problema de encima, echando las culpa a los concejales de otros partidos y afirmando que no tenían dinero para apoyar la continuidad del proyecto.

Tantos años escuchando que la Zona Norte era una prioridad, acusando con razón a quien gobernaba del abandono y la falta de apoyo a estos barrios, diciendo que estaban con los sectores y colectivos más frágiles de la ciudad, que cuando les ha tocado demostrar con hechos tantas palabras huecas la desnudez de su actuación ha dejado, negro sobre blanco, testimonio de sus verdaderas preocupaciones. Que no nos vengan diciendo que no tienen dinero para apoyar el trabajo del programa de mediación escolar más importante y más antiguo de la ciudad porque es un insulto a la dedicación de profesores y técnicos desde hace muchos años.

Por más que la voluntad del alcalde sea apoyar la intervención, es una anomalía legal que se anuncie que se pagará desde Alcaldía porque esa área no puede pagar intervenciones sociales finalistas. ¿O es que ahora desde Alcaldía se van a asumir todos aquellos gastos de los que se desentiendan otras concejalías? Pues voy a darles una idea de dónde pueden sacar el dinero para apoyar este programa de mediación intercultural. En el mes de diciembre del pasado año, la Concejalía de Inmigración gastó 20.228,78 euros en un contrato para la creación y comunicación de una campaña publicitaria. Qué mejor publicidad que apoyar el trabajo con chavales en centros educativos en barrios de la ciudad en situación de riesgo social. Pero no, la Concejalía de inmigración prefiere la fanfarria y la publicidad hueca frente a dar continuidad al trabajo con valiosos proyectos de intervención social.

Y lo peor es que éste no es el único proyecto de mediación al que este tripartito pone problemas. El pasado año tuvo que cerrar sus puertas uno de los mejores programas de mediación sanitaria con población inmigrante que existía en España, promovido por la ONG «Medicus Mundi» y que venía trabajando con éxito en los centros de salud de Ciudad Jardín y Lo Morant junto a profesionales sanitarios y profesores universitarios. A pesar de llevar a cabo más de 600 intervenciones sanitarias al año y contar con reseñas de su trabajo en prestigiosas revistas internacionales, el tripartito ni siquiera se dignó a recibir a sus responsables, que pidieron a diferentes concejales apoyo para facilitar su continuidad, pasándose la pelota una vez más de unos a otros para finalmente obligarles a cerrar. Un éxito más del tripartito.

Parafraseando al pensador búlgaro Tzvetan Todorov, recientemente fallecido, hay quien con su trabajo mantiene la dignidad en circunstancias extremas como las que vive Alicante desde hace ya demasiados años.

@carlosgomezgil