Los videojuegos nacidos al calor de la etiqueta FIFA son la gallina de los huevos de oro. Y no solo porque cada nuevo título garantice el ingreso de abultadas cantidades de dinero sino porque, además, cuentan con el beneficio añadido de que cada al año siguiente se renueva el ocio y el negocio. Solo hay que visitar una tienda en la que haya compraventa de juegos para comprobarlo: las estanterías con títulos de segunda mano están llenas hasta los topes con los "Fifa" de temporadas anteriores a precios cada vez más bajos. Con el comienzo de cada nueva liga, los jugones que no quieren quedarse obsoletos en alineaciones y categorías pasan por caja sin que haya unas mejoras sustanciales en su apartado técnico.

Los datos hablan por sí solos: la compañía estadounidense Electronic Arts (EA), afincada en Redwood City (California), tuvo un beneficio neto de 401 millones de dólares (371 millones de euros) al finalizar su ejercicio fiscal 2016, un 56% más. Casi nada. Unos números fantásticos debidos a "FIFA 2017" pero también, y esto es algo que quizás haya sorprendido a algunos, a las buenas cifras alcanzadas por Battlefield 1. Y es que, mientras la saga Call of duty mantiene una huida hacia delante apostando por combates en el espacio con armamentos cada vez más sofisticados y mecánicas de juego cada vez más rutinarias, EA apostó fuerte por un título que se dejaba no ya de guerras futuras, sino incluso de conflictos más visitados como la II Guerra Mundial o Vietnam, y calaba la bayoneta para irse nada más y nada menos que a la I Guerra Mundial. Y contra los pronósticos de los agoreros que no veían claro que los jugadores actuales se sintieran atraídos por batallas de trincheras, aviones rudimentarios y armas poco elaboradas, su lanzamiento ha sido el mejor de la saga. La cifra de negocio de EA llegó a los 3.073 millones de euros entre abril y diciembre: un 7,44% más que el año anterior. En el tercer trimestre del ejercicio, la empresa sufrió pérdidas de 926.353 euros, frente a los 42 millones de euros del mismo periodo del año anterior, y los ingresos aumentaron un 7,3%, hasta 1.065 millones de euros.

Tampoco le van mal las cosas a Nintendo, que disfrutó de un beneficio neto atribuido de 843 millones de euros al cierre de los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, lo que supone un incremento del 154% con respecto al mismo periodo del año anterior. Las venta de videojuegos para la Nintendo 3DS aumentó un 20,3%, con 14,6 millones de copias vendidas del Pokémon Sun y Pokémon Moon.