Las recién pasadas fechas navideñas incitan a multitud de actividades que uno no ha realizado durante el resto del año, la mayoría ociosas, y ofrecen también largos tiempos para sumergirse en ese espacio de libertad que es la lectura. Y como uno no deja de ser anacrónico, y a mucha honra, se ha entretenido en deglutir unos cuantos títulos de amplia variedad temática, desde la novela juvenil hasta el best-seller, pasando, cómo no, por algunas páginas taurinas que pudieran abundar en el conocimiento de esta fiesta tan maravillosa y variada.
Y de bruces nos hemos encontrado con una obra magnífica de la mano de Domingo Delgado de la Cámara, historiador, aficionado y colaborador en algunos medios (se ha hecho más popular por su participación en las tertulias del Canal Toros). Entre Marte y Venus (Breve Historia crítica del toreo), editada por Yeguada Marqués en 2014, es un más que interesante y didáctico paseo por la historia del toreo desde sus comienzos hasta nuestros días, una revisión de los datos de la historia taurómaca adobada (y es lo que le da gracia) por el constante examen crítico del autor. Se nota que sabe de lo que escribe, que se ha documentado profusamente (de su pluma ya han salido varios libros dedicados al mundo del toro), no como en otros títulos taurinos de los últimos años donde apenas podemos ver refritos de crónicas, entrevistas de poco fuste y datos extraídos de tan escasa bibliografía que apenas aportan nada de rigor al panorama ni alumbran la buena historia del toreo. Eso sin nombrar las lagunas inconscientes y, lo que es peor, las conscientes, que dotan de un arbitrio sin criterio a lo que finge ser historia. Allá cada cual con sus filias y sus fobias. Dicho está el pecado. Que cada cual busque al pecador.
Muy al contrario, Domingo Delgado traza de manera lógica y brillante una exégesis diacrónica de la fiesta que funde toros, toreros, sociología, política e historia. Se maneja extraordinariamente bien entre todos esos campos y los asocia para explicar por qué Joselito «El Gallo» es el primer intérprete del toreo en redondo, Juan Belmonte el descubridor de la estética moderna, «Chicuelo» el que aunó ambos conceptos, «Manolete» quien les dio ligazón, mano baja y contundencia, y «El Cordobés» quien trazó los límites del tremendismo. Eso sin olvidar la importancia de los «Lagartijo», «Frascuelo», «Bombita», «Machaquito» y «Guerrita», entre los grandes nombres primigenios, o los Camino y «Viti» en el tardofranquismo, amén de numerosos coletudos de segundo orden que ayudaron a engrandecer el arte de Cúchares. Los capítulos finales, tras una disertación ciertamente completa sobre el toreo en México, abordan los últimos cincuenta años, con su «neoclasicismo», que lleva las posibilidades estéticas del toreo hasta sus límites, y esa otra línea dominadora que lleva a la intrusión total en los terrenos del toro. Y todo ello reconociendo sin ambages a Enrique Ponce como el gran nombre de los últimos 35 años, aunando ambas líneas. Valentía en el juicio, la de este Domingo Delgado.
Y sin olvidar al toro, por supuesto. Delgado de la Cámara es un gran conocedor de los encastes y su genealogía, y explica a la perfección cómo los toreros, sobre todo a partir de Joselito, el de Gelves, se decantan por la casta Vistahermosa por su aguante en el último tercio, pasando por diversas modas que han llevado, siempre por deseo y capricho de las figuras, al toro de hoy, que afirma ser el más bravo de la historia, aunque también el más aburrido debido a la pérdida de emoción.
A pesar de ciertos juicios demasiados partidistas en cuanto a lo histórico-político, llegando a catalogar, por ejemplo, a Franco poco menos que como un ángel que salvó a España de las garras del diablo comunista, su prosa está salpicada de multitud de referencias bibliográficas, anécdotas y vivencias personales que enriquecen el discurso histórico, amén de la continua glosa a los avatares que vertebraron la historia del toreo. Además, afronta los asuntos peliagudos, «se moja» en multitud de temas escabrosos (el «monoencaste», el afeitado, los ponedores, José Tomás...) y ofrece alternativas al difícil momento que atraviesa la fiesta hoy, tanto por fuera como por dentro. Una lectura actual e imprescindible para los amantes de la fiesta.
