ace unas semanas tuve la oportunidad de leer las conclusiones del Informe Global CEO Outlook 2016 que con el título Ahora o nunca, publicaba KPMG.

El informe recoge la visión y expectativas de más de 1.200 consejeros delegados de grandes compañías internacionales acerca de la previsible evolución del entorno socioeconómico y su impacto en las empresas.

Lo más importante, en mi opinión, no es tanto la novedad de las conclusiones como su consistencia. Existe un consenso generalizado acerca de que la clave para ganar el futuro sigue pasando por la contratación y gestión del talento en la compañía, fundamental para integrar los retos, tanto amenazas como oportunidades, que incorpora la tecnología con sus impactos en la eficiencia, en el conocimiento del cliente o en sus posibilidades para la innovación en productos, en mercados o en procesos; y, por supuesto, la emergencia de valores asociados a la sostenibilidad, responsabilidad social y la transparencia, tan importantes en el contexto actual.

Todo esto en un entorno complejo, de cambios en ocasiones radicales, con nuevos modelos de negocio que a menudo impactan directamente en las creencias más asentadas en los operadores tradicionales. Es necesario tomar decisiones trascendentales en torno a temas que hasta hace poco tiempo no formaban parte de la agenda estratégica de las empresas, como puede ser la digitalización de las compañías, la entrada de nuevos operadores prácticamente deslocalizados pero muy eficientes, los cambios radicales en las expectativas de los nuevos clientes, los movimientos geopolíticos y la necesidad de reenfocar la internacionalización de las empresas, etcétera.

Y son decisiones que es necesario empezar a tomar ya.

Una de las mayores multinacionales del mundo, General Electric, lo tiene muy claro y ha iniciado con decisión el camino hacia la digitalización y la focalización de la corporación, desinvirtiendo en sectores como el financiero o el de consumo para centrarse en los sectores industriales con un desarrollo muy importante de las nuevas tecnologías. El internet de las cosas, sobre lo que se ha escrito tanto, es una apuesta clara de GE.

Todo ello sin olvidar en absoluto la que ha sido la clave de la corporación prácticamente desde su creación: la innovación basada en el talento y en la capacidad de gestión de la compañía.

Hablar de los grandes grupos empresariales internacionales podría parecer poco relevante para nuestro entorno más próximo, pero nada más lejos de la realidad. Estas grandes compañías tienen la ventaja de la visión más amplia, de la mayor capacidad de investigación y desarrollo y, por tanto, de anticipar un futuro que impactará directamente en nuestras empresas. Tomar posiciones en ese futuro es, por tanto, imprescindible, haciendo compatible el día a día, las operaciones de hoy, con la innovación necesaria para ganar el futuro, que es mañana.

Compañías como General Electric lo tienen claro: no hay atajos, el desarrollo del talento es la opción.

Y esto, en mi opinión, no es un tema que afecta solo a las grandes compañías que al final, desde el punto de vista de la gestión, son un espejo para todas las empresas independientemente de su tamaño.