Desde esta columna se han repasado temas de actualidad política y social de diferentes ámbitos y han quedado para este año, que ya ha dado comienzo, la conclusión de algunos y el esclarecimiento de otros. Aunque es amplia y variada la temática a revisar conviene constreñirla a la selección realizada en las siguientes líneas.

Con carácter previo, debo agradecer la cantidad de opiniones que recibo, por diversos conductos, de esta columna semanal. Una de esas opiniones, de un buen amigo, conocido empresario alicantino, y alicantinista, me puso en cuestión que calificase a Trump de populista la semana pasada. Aunque estamos emplazados a seguir el debate en torno a una mesa, cierto es que el convertido a personaje del año 2016, según diversas revistas de influencia, no ha traído consigo más que un pasquín tuiteado de odio, mentira y exclusión, que hace desmerecer la cultura política de EE UU y su expansión al resto de países occidentales. Ni siquiera las medidas económicas propuestas, que podrían hacer frotar las manos a los neoliberales, representa un alivio a la economía mundial, que está en entredicho, según el Fondo Monetario Internacional, habida cuenta que la mera reducción de los impuestos en el país norteamericano tiene un efecto limitado debido al cierre de fronteras y las dificultades comerciales que se avecinan. Si, además, su política exterior va a descansar en trazar lazos de amistad con Putin, a pesar de los últimos acontecimientos y sanciones impuestas, y a enfrentarse a China no podemos más que sujetarnos bien porque se avecina un desabrido viaje de la diplomacia internacional sobre una montaña rusa.

En España, ya gobernada, estaremos pendientes de los cambios que se van a producir en el seno de los partidos políticos, cuyas direcciones serán renovadas dentro del primer semestre, salvo la incógnita del PSOE. No se espera ninguna sorpresa en el Partido Popular, en el que Rajoy, el victorioso, apelativo atribuido por agotamiento del contrincante, elegirá una dirección a su medida y sin el lastre del que fuera hasta hace unas semanas el Presidente de Honor, que formalizó su dimisión, aunque le habían dimitido hace varios congresos.

Ciudadanos se juega su futuro. De haber obtenido resultados electorales más que buenos, al ser una organización de nuevo cuño, puede pasar a la irrelevancia si no interpreta un papel determinante en el panorama político; y en este sentido le ha comido la tostada el PSOE.

Podemos está roto. Los odios personales y las cuitas internas han convertido al partido en una organización más, sin la pureza que propugnaban y citados con la desilusión de muchos de sus votantes. El PSOE, por su parte, deberá volver a resurgir de sus cenizas, como ha hecho ya en otras ocasiones, y sabe hacerlo. Es cierto que hay una profunda división en el partido, pero ya ha salido de otras similares. La cuestión no sólo radica en quién, sino también en el cómo. No creo que Pedro Sánchez anuncie su candidatura, sus apoyos han mermado considerablemente. En cambio, si lo hace, si se presenta, dividirá a los críticos y dará la victoria a Susana Díaz. Cualquier candidatura tiene sus sombras, por lo que el acento habrá que ponerlo en la manera de recuperar el protagonismo político en una sociedad profundamente cambiada y cambiante.

Al tripartito de Alicante le queda, en realidad, un año y medio para mantener sus posibilidades electorales en los próximos comicios. Para ello tiene tareas pendientes. El gobierno municipal debe resolver definitivamente los conflictos que han protagonizado su inicio de curso y centrarse en proyectos que le diferencien y hagan de Alicante una ciudad mejor. Es una obviedad que el tripartito ha sufrido ataques por su debilidad, pero también resulta obvio que el resto de organizaciones e instituciones no gozan de mucha fortaleza, lo cual impide que la ciudad avance debidamente. La política municipal debe aportar mucho más a la mejora de la economía de la ciudad, por eso deseo que este 2017 represente una apuesta decisiva en esa dirección.

Sin duda, será un año trufado de titulares, si bien, es deseable que el cuerpo de la noticia sea de mejora de nuestra forma vida. Que nos sirva de propósito.