Llevamos meses asistiendo en nuestra ciudad, Callosa de Segura, a una auténtica «Ceremonia de la Confusión» creada por el alcalde socialista, Francisco José Maciá -cuya voluntad está secuestrada por los radicales Concejales del Izquierda Unida y Podemos, a cambio de ocupar el sillón de la Alcaldía-, a propósito de la Cruz ubicada en la fachada de la Iglesia Parroquial de San Martín y con la excusa de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

El alcalde miente, como siempre, y miente a todos, ya que lo cierto y verdad es que el espíritu de la Ley de Memoria Histórica de Zapatero, Ley 52/2007, de 26 de diciembre, pretendía la reconciliación nacional, no la exclusión de la memoria de una época, ni, mucho menos, que la aplicación de dicha ley pudiera provocar confrontaciones y problemas de convivencia, que es justamente lo que este alcalde ha conseguido en Callosa de Segura, quizá porque él ni vive ni duerme en esta ciudad, a pesar de ser su alcalde, y le importa poco la herida que ha abierto, difícil de cerrar, en nuestra pacífica convivencia.

Es más, el dictamen de la Consellería de Justicia de la Generalitat Valenciana al que se acoge, no es tal (vuelve a mentir). Se trata de una «simple recomendación», NO VINCULANTE, de una comisión de dudosa imparcialidad y que, además, no ha contado con toda la documentación necesaria para adoptar dicha «recomendación» (el alcalde le ha ocultado parte de la documentación).

La Cruz de Callosa de Segura, la Cruz ubicada en la fachada de nuestra Iglesia, es para muchos callosinos un símbolo de fe y, para otros muchos, un símbolo propio de nuestra identidad histórica y cultural (¿Qué callosin@ no tiene fotografías delante de la Cruz por su primera Comunión, boda, etc.?). Entonces me pregunto: ¿Por qué el empecinamiento obsesivo de este alcalde, sin atender a razones de ningún tipo por querer eliminar la Cruz de la puerta de nuestra Iglesia?

Se me ocurren algunas respuestas a esta pregunta. La primera es que, quizá, su obsesión se deba a sus compromisos ineludibles con los radicales a cambio del sillón de la Alcaldía de nuestra ciudad (que lleva consigo un sueldo público). La segunda es que este alcalde no sea en realidad esa persona pacífica y dialogante que nos ha querido vender que es, y sea, en realidad, una persona con doble personalidad y capaz de todo por conservar su sillón (otro radical más).

Lo cierto y verdad es que la Cruz de la fachada de nuestra iglesia Parroquial de San Martín lleva instalada en su actual ubicación más de 70 años y ha tenido que venir un callosino de nacimiento, que vive en Bigastro a enseñarnos lo que es bueno para nosotros invocando, incluso, «a la falta de altura política de algunos representantes públicos ?» (¿se referirá, quizá a los alcaldes socialistas y del Partido Comunista de España que ha tenido Callosa de Segura en su historia democrática y que han respetado la Cruz?).

Las excusas que pone el actual alcalde de Callosa de Segura, Francisco José Maciá, en su pretensión de retirar la Cruz de la fachada de nuestra Iglesia, son de todo tipo y condición: que la Cruz recibe manifestaciones de exaltación por parte de La Falange o Fuerza Nacional (mentira, desde hace décadas no ha habido ningún tipo de manifestación o exaltación por parte de nadie), que es un símbolo asociado a la dictadura franquista (mentira, nadie en Callosa lo asocia, desde hace años, al régimen de Franco porque está ubicado en la fachada de la Iglesia y, consecuentemente, está asociado a nuestra identidad espiritual cotidiana)...

Pero es que, además, se dan varias circunstancias que una persona normal (que no estuviera condicionada por un grupo de inflexibles radicales) debería tener en cuenta. En primer lugar, que el acuerdo de pleno por el que se aprueba retirar/trasladar la Cruz está recurrido ante el Juzgado Contencioso-Administrativo número 1 de Elche que ha fijado el juicio para Noviembre de 2017; en segundo lugar, que están pendientes de resolución medidas cautelares por las cuales se solicita que no se tome ninguna medida con respecto a la Cruz en tanto en cuanto no haya una resolución judicial y, en tercer lugar, que la propiedad de la Plaza de España en su totalidad y de la Cruz/Monumento particularmente no está claro que pertenezcan al Ayuntamiento ni mucho menos (más bien al contrario, todo indica que pertenecen a la Iglesia) y, por tanto, es demasiado imprudente y temerario que el alcalde adopte medidas que pueden afectar a una propiedad particular. En todo caso, el alcalde de Callosa de Segura tendrá que atenerse a las consecuencias que pueda acarrearle la adopción de unas medidas que no están nada claras (más bien al contrario) y que, con toda seguridad, le van a suponer una lluvia de demandas judiciales en un futuro próximo.