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Vicios y virtudes

Vale que muchos jóvenes quieran dedicarse al teatro. De entrada, lo más importante es la vocación y la formación teatral...

Agravios y celos

Teatre Arniches de Alicante

De Francisco de Rojas Zorrilla.

Versión: Manuel Palazón y Ricardo Molina. Dirección: R. Molina.

Vale que muchos jóvenes quieran dedicarse al teatro. De entrada, lo más importante es la vocación y la formación teatral desde el punto de vista pedagógico y escénico. Es preciso disponer de cierta altura para evitar excesos y carencias aunque un grupo sea aficionado. Resulta vital antes de situarse en las tablas con el fin de emprender una buena andadura. Y no es suficiente memorizar el texto. Hay que desechar las afectaciones que no proceden, los aspavientos, los soniquetes, las palabras ininteligibles o la falta de encaje en algunos papeles. La voluntad, la entrega, la ilusión y las nobles intenciones están muy bien, pero es necesario algo más a la hora de estar ahí. La dirección es básica, y debe velar por el buen cumplimiento de los recursos teatrales e interpretativos. Vista la representación del viernes en el Arniches de Alicante, se impone el decirlo y añadir la dificultad de una obra versificada con la musicalidad de los versos del teatro clásico, que exigen el justo énfasis a Kevin Bernabeu, Jorge Barco, Andrea Lázaro, Pablo Pérez, Aixa Goldschmidt, Nuria Quero y Diego Trujillo. La comedia Donde hay agravios no hay celos, del siglo XVII, la escribió Francisco de Rojas Zorrilla y aquí la llaman Agravios y celos, según la correcta adaptación de Manuel Palazón y Ricardo Molina, director de unos pasajes con todos los ingredientes tópicos y costumbristas de aquella época. El culto al honor, la venganza? Los enredos están servidos. Los cambios de identidad, los lances amorosos, los duelos o las disputas. Este dramaturgo seguía a Calderón de la Barca, y la «comedia de figurón», la importancia concedida al valor de la mujer o la hondura humana fueron algunas de sus aportaciones. No llega uno a conectar como debiera, si bien los miembros de la compañía de Alfaz del Pi, Arabi Teatre, hacen todo lo que pueden para, con mayor o menor fortuna, defender los rasgos de sátira, la figura del gracioso, el clasismo, los vicios y las virtudes de los personajes, los cuales terminan de ponerse los atuendos al arrancar la pieza, hecho que subraya la teatralidad en un espacio con telas que ponen ambiente a las situaciones. Al final, cada oveja con su pareja y tan felices danzando.

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