Son parte de nuestra vida, allí nos atienden como en casa, tenemos recuerdos en ellos, muchas vivencias pasadas, presentes y futuras.

Son esos bares alicantinos que son para los de aquí, aunque también atienden con igual esmero a todo el que se acerca, sea de donde sea.

Bares qué lugares.

El grillo del Merengue, ese monumento a la gastronomía del pobre estudiante (de antes), siempre con Pepsi. La barra del Manolín, el Mavi con su familiaridad extrema y su marisco único, además de sus grandes salones.

El bar de Paco, en Santísima Faz, con su única tortilla insuperada del día, otros como el Capri, el benaluense Víctor, Santa Faz con Tomás en calle Mayor, The Eden con Paqui y sus tostadas mañaneras y sus whiskys vespertinos en la calle Italia, los del entorno del Mercado Central, siempre llenos, y ese que tú conoces y donde te sientes cómodo.

Estos negocios merecen una distinción oficial, propongo un distintivo a los bares y comercios de tradición y permanencia en el tiempo, ¿qué tal Alibar de honor?

Pero, también quiero hablar de restaurantes, más bien de esos platos que son famosos aquí, nuestros arroces, los montaditos genuinamente alicantinos, y otras delicias.

¿Quién iba a decirnos que los mejores canelones del mundo se comen en Alicante?

Si, si, antes en el Palas y hoy en el Nou Palas. Me gustan los reservados de Villa Antonia de Sant Joan y un templo gastronómico en la Vega Baja que, para mí, tendría que tener todas las estrellas y las supernovas, Casa Corro en Orihuela. Una pena que Gavila, en Dénia nos haya dejado, por jubilación, de deleitar con sus exquisiteces como la raya frita y ese arroz con huevas de caballa y cebolla. Me hizo ganar apuestas y dinero. Siempre me la jugaba a ver si era el mejor arroz que había comido en su vida y siempre ganaba, si apostaba la comida, salía invitado en todas las ocasiones.

Todo esto en el contexto de un Patrimonio de la Humanidad del que disfrutamos y casi vivimos en Alicante, ese estilo de vida mediterránea con su dieta, que tantas loas recibe con razón. Ahora buenas iniciativas de impulsar Alicante como ciudad del arroz del Ayuntamiento y de difundir la dieta mediterránea en colegios, de la Diputación y la Cámara de Comercio, ese es el camino. Disfrutemos de lo nuestro. Buen apetito y salud.