El pasado 1 de diciembre distintos colectivos, cercanos al PSOE, militantes y simpatizantes, pudimos hacer lo que, cosas de la vida política, no hemos podido ejercer hasta el momento en nuestra agrupación local de Alicante, mediante el sistema normal de una asamblea: reunirnos para celebrar un debate en profundidad sobre el futuro de nuestro partido, vital en la Historia de España, nuclear en la política nacional, regional y local. Y lo hicimos porque queremos que siga siendo así.

Contamos con un invitado de lujo que puso el broche a esta cita, Odón Elorza. Tengo que agradecer pues en primer lugar, a Odón por habernos visitado y en segundo lugar, al Club INFORMACIÓN por habernos acogido. Elorza es un político cuya trayectoria ha estado marcado por la coherencia (entiendo que a otros, que lo han calificado de verso suelto, no les guste tanto como a mí), y no me refiero a la última votación en la sesión de investidura donde se acogió no sólo a la conciencia sino también al compromiso del programa electoral al votar No en la investidura de Mariano Rajoy, sino a una carrera, de veinticinco años como alcalde de San Sebastián, una ciudad con características muy similares a nuestra querida Alicante, pero con el enorme factor diferencial del terrorismo de ETA. Es pues un cargo público que se la jugó durante mucho tiempo en Euskadi.

Destacar también que el debate fue altamente fructífero e iba mucho más de lo orgánico, ante un auditorio plural que no sólo se agrupaba bajo las siglas de los organizadores del debate. Elegimos el tema de la democracia participativa, porque creemos que los momentos en los que se encuentra la política española, con altos grados de desafección, es más necesaria que nunca. Y la respuesta fue, podemos calificarla como de altamente positiva, ante un auditorio que rozaba el lleno.

Socializar la democracia es una necesidad esencial en la política actual, porque como bien señaló Odón la democracia siempre puede optimizar su calidad. Entre las propuestas que le comenté, estaban muchas en torno a la despolitización de las instituciones: que el Defensor del Pueblo, órgano que teóricamente representa de forma más directa la soberanía popular, pueda ser elegido por sufragio; que en otros órganos de control como el Tribunal de Cuentas se elijan a sus miembros no por el pacto entre partidos, sino por otros sistemas más participativos; y lo mismo para los órganos superiores de Justicia, como el CGPJ o el Fiscal General, elegido directamente por el Gobierno. También limitar el número de firmas para presentar una Iniciativa Legislativa Popular al Congreso. Odón contestó y prometió pasarme sus cuarenta y una medidas para mejorar la democracia participativa.

Además, una propuesta interesante, que una empresa auditora ajena al partido, algo que se podría extender al resto de formaciones, audite la gestión política durante el mismo en los últimos años. Esto tampoco es una barbaridad, teniendo en cuenta que las cuentas del PSOE durante la secretaría general de Sánchez han sido auditadas por Transparencia Internacional. No me estoy «podemizando», se lo prometo. Es lo primero que dije, sobre todo a tenor de lo que dicen algunas aseveraciones de la Gestora socialista. Eso es otro tema del que se habló y que daría perfectamente para otro artículo. De momento cabe al menos respetar los Estatutos, no extralimitarse en sus funciones, como en la pretendida revisión de un acuerdo histórico con un partido hermano como el PSC. Cumplir con sus obligaciones: convocar un Congreso en el menor plazo posible. Ya ven que es todo muy sencillo y muy coherente. Pero que está costando mucho cumplir dentro de una democracia interna reglada. Y luego los «podemizados» somos otros.