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José Emilio Munera

Tres años de apagón

Acaba de cumplirse el tercer aniversario del apagón de Canal 9. Aquella medida a la desesperada del expresidente Alberto Fabra para intentar dar imagen de austeridad y contención del gasto público que no le dio rédito alguno en las elecciones. Apenas nadie ha llorado en estos tres años en esta provincia por la defunción de una radiotelevisión pública que el PP convirtió en paradigma de la manipulación, el enchufismo y el despilfarro. Muy pocos hemos añorado a ese reducto de buenos profesionales que se avergonzaban de la deriva que tomó el ente. No a aquellos que descubrieron la independencia y el espíritu crítico de la información en las últimas horas de la tele. Y mucho menos a los comisarios políticos, desocupados de lujo y recomendados que entraron con menos vergüenza incluso que conocimiento del valenciano. Llegados a este punto de olvido y desmemoria, el Consell de Puig y Oltra se afana por reabrir cuanto antes la Televisión Valenciana y cumplir su promesa. El nuevo ente que saldrá del Pacto del Botánico y que quiere hacer bandera de la despolitización comenzó a reunir a su consejo rector en el Palau de la Generalitat. Curiosa forma de despolitizar... Han debido de darse cuenta y ahora las juntas se celebran en los despachos vacíos de Burjassot. Algo hemos avanzado. En esa línea de evitar las injerencias políticas, resulta que los miembros del consejo rector son designados por los partidos con representación parlamentaria. Tal cual. Acaban de conocerse también los méritos que primarán a los candidatos a director general del ente, entre los que destacan «tener conocimientos en materia de igualdad de género» y «tener dotes para la solución de conflictos». Ensimismados como están con el feminismo, hasta Pablo Iglesias se ha metido esta semana en un considerable jardín; y en cuanto a los conflictos, está claro que se van a hartar.

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