Las ciudades de todo el mundo están creciendo no solo en número de habitantes, sino también en diversidad, heterogeneidad y etnicidad, generándose al mismo tiempo situaciones de creciente disparidad que plantean desafíos para mantener la cohesión social y asegurar la convivencia. La manera de diseñar, construir y modelar una ciudad representa de esta manera una respuesta importante a los dilemas que plantea la integración ciudadana y la pluralidad. Hasta tal punto que es cada vez más importante desarrollar una morfología urbana bien diseñada que permita que los espacios públicos funcionen como lugares de encuentro para los vecinos, faciliten la relación, permitiendo que los distintos grupos puedan dar respuesta a sus necesidades de ocio, encuentro, conectividad e interacción, esenciales para que las ciudades estén cohesionadas.

Las políticas municipales públicas tienen la capacidad de desarrollar medidas de planeamiento y diseño que fortalezcan las relaciones entre el espacio y la integración social, ayudando a manejar los retos a los que se enfrentan los barrios respecto a la diversidad, la segregación y la polarización socioeconómica. Un buen planeamiento urbano, acompañado de medidas de regeneración, puede promover patrones compactos, bien conectados e integrados que favorezcan la interacción social y la integración. La planificación e intervención municipal puede promover así ciudades inclusivas con mayor cohesión social, estableciendo una reordenación urbana, una mejor planificación de los usos colectivos, del transporte, un empleo más eficiente de los recursos, renovando la habitabilidad de las viviendas y espacios públicos, haciendo los barrios más humanos y con mayor calidad de vida.

Alicante tiene una oportunidad histórica de realizar una intervención de envergadura sobre una zona central de la ciudad que, con el paso del tiempo, ha ido degradándose de manera progresiva ante la pasividad de las instituciones públicas, acumulando problemas cada vez más importantes para sus barrios y sus habitantes. Se trata del llamado DUSI de Las Cigarreras, una estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado para Alicante, que cuenta con ayudas del programa operativo FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) para el crecimiento sostenible en el período 2014-2020, que teniendo como eje el entorno de Las Cigarreras llevará a cabo actuaciones integrales y multidisciplinares en todo el área central delimitada entre los castillos de Santa Bárbara y San Fernando. Hablamos de una zona que ha sufrido un acusado proceso de degradación urbana y envejecimiento en su parque de viviendas, acompañado de fenómenos de pobreza, exclusión y desigualdad, mientras su población envejecía y llegaban nuevos vecinos, fundamentalmente inmigrantes. Todo ello en el corazón de la ciudad, al tiempo que dos grandes intervenciones llevadas a cabo en esta zona mediante la construcción del ADDA en Campoamor y la rehabilitación de Las Cigarreras en San Antón no sirvieron para potenciar como se pretendía la rehabilitación y regeneración del entorno, como sucedió con otras operaciones similares llevadas a cabo en otras ciudades, cuyo ejemplo más emblemático es el Guggenheim de Bilbao, sino que permanecen como islas en medio de un entorno profundamente deteriorado..

El proyecto, que arrancó bajo el mandato del anterior Gobierno municipal del PP, como bien reconoció en la presentación pública del Plan Gabriel Echávarri, en calidad de presidente de la corporación alicantina, fue retomado y desarrollado con tanta ilusión como perseverancia por el portavoz del tripartito y concejal de Presidencia, Natxo Bellido, demostrando así la importancia de dotar de continuidad a las iniciativas que se impulsan desde el ayuntamiento cuando, como en este caso, pretenden mejorar la ciudad.

Sin embargo, más allá de las grandes líneas retóricas, todo está por hacer y es a partir de ahora cuando hay que concretar y detallar cada una de las intervenciones que se van a llevar a cabo, poniendo a prueba la capacidad de trabajo multidisciplinar de las distintas áreas y concejalías de un ayuntamiento que está organizado mediante compartimentos estancos y con frecuencia, aislados entre sí. También es a partir de ahora cuando el equipo de Gobierno municipal, cada uno de los partidos que integran el tripartito y sus equipos técnicos, deben plasmar las respuestas que dan a la degradación urbana en estos barrios, al deterioro en su parque de viviendas, a la desigualdad, la segregación espacial y la falta de cohesión social o al uso de unos espacios públicos escasos y con frecuencia abandonados.

Aunque los responsables del proyecto DUSI no pueden resolver las causas últimas de la desigualdad y la exclusión social, sí que pueden contribuir a mejorar la convivencia e integración de las zonas deprimidas de la ciudad sobre las que se va a intervenir mediante patrones urbanos sostenibles que refuercen la sociabilidad en Alicante. La voluntad política y la participación ciudadana son elementos necesarios para contribuir a reforzar la cohesión social en una ciudad que necesita de ello con urgencia.

@carlosgomezgil