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Lorena Gil López

He tenido un (mal) sueño

Sí, he tenido un sueño. Como Martin Luther King en 1963 en Washington. Pero en este caso parece una pesadilla. Me he despertado hoy y he recordado lo que soñé: Gran Bretaña votaba, contra todo pronóstico, salirse de la Unión Europea, el «Brexit» se imponía de forma sorprendente y dejaba a la UE tambaleándose. También soñé que el populista y xenófobo Donald Trump ganaba las elecciones en Estados Unidos, y el mundo se quedaba incrédulo ante el próximo inquilino de la Casa Blanca. Y soñé finalmente que no había terceras elecciones generales en apenas un año en España, que el PSOE se hacía un harakiri y, tras cortarle la cabeza a su secretario general, apostaba por la abstención y permitía un gobierno del PP, con Mariano Rajoy al frente.

¿Qué me ha pasado esta noche para soñar estas historias que no tienen ni pies ni cabeza? Entonces cojo el móvil, me meto en internet y ¡oh, no! descubro que no eran sueños, la realidad me ha soltado un tremendo bofetón que me ha dejado en un estado de shock del que no consigo salir. Los británicos nos abandonan; los norteamericanos quieren de presidente a un impresentable, maleducado y sexista; los socialistas dejan que un partido asediado por la corrupción siga gobernando con la espada de los recortes sociales a la vuelta de la esquina. No quiero acostarme esta noche, tengo miedo de volver a soñar historias que parecen increíbles, que no tienen nada que ver con los cuentos de hadas, inimaginables, pero que cada vez resultan más reales: crisis, corrupción, populismos, racismo, pobreza...

¿Cuál será mi próximo sueño: ganará Marine Le Pen en Francia; el energúmeno Trump cumplirá todas sus amenazas y deportará a miles de inmigrantes indocumentados, abandonándolos a su suerte; Rajoy meterá la tijera empujado por la UE y los socialistas, enfangados en sus luchas internas, seguirán absteniéndose? ¿Por qué no puedo tener sueños como los de Luther King? Un anuncio de lotería dice que no tenemos sueños baratos; yo me conformaría con tener sueños que no amenacen el futuro del planeta. Quizá es que, como dijo Calderón de la Barca, toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

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