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Consideraciones diversas

Los esclavos de mis esclavos

Teatro Principal de Alicante

De Julio Salvatierra. Producción: Meridional Producciones. Dirección: Álvaro Lavín.

Imagine usted el secuestro de un cooperante en una cueva de las montañas de Afganistán. Esas personas que atienden situaciones de emergencia y proporcionan ayuda humanitaria a los que huyen de sus hogares. Lleva meses en condiciones de soledad y habla solo para sentirse mejor, como si tuviese a alguien cerca. Ironiza, con acento andaluz, para sostener la pesada carga, e inevitablemente brotan la angustia y el enfado en una difícil situación llena de incertidumbre. Una mujer en burka, silenciosa, le trae la comida. Este es el punto de arranque de Los esclavos de mis esclavos, de Julio Salvatierra, que acoge Fran Cantos con vigor interpretativo. La sucesión de cuadros teatrales pone en escena a otro sujeto en las mismas condiciones. La compañía hace que la estancia se sobrelleve con más ánimos, y una joven cae también en el agujero talibán. ¿Qué esperan? ¿Una fuga? ¿Se pagará un rescate? Saltan las reacciones y reflexiones de los cooperantes encadenados, la situación geopolítica y el deseo de acción de cada uno? Conflictos y guerras que no terminan. La violencia en Afganistán ha ido empeorando 15 años después de la invasión de los EE UU, con ayuda de la coalición internacional, que derrocó al gobierno de los talibanes con su extremismo islámico, cuyo movimiento sigue en danza. La obra presenta un lugar vacío apoyándose en la imagen proyectada de vídeo que lo envuelve, en el clima hostil y en el potente espacio sonoro. Acompaña a Fran Cantos, Álvaro Lavín (director del montaje), sobrio y de sólida voz. Elvira Cuadrupani va de menos a más a medida que la intensidad crece. Inés Sánchez es la mujer afgana que sin mucha intervención adquiere brillantez, sobre todo en la última parte de una lenta obra que requiere algún recorte en la primera mitad y a la que le va mejor una sala pequeña. El intercambio verbal desarrolla el diálogo con mínima presentación escénica en ese entorno. En clave realista y con huella irrealista al mismo tiempo. Más que el simple testimonio, importa que el buen espectador entre en los asuntos político-sociales que admiten varias consideraciones. La veterana Meridional Producciones cerró así la Muestra de Teatro Contemporáneo.

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