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Mercedes Gallego

Tentando la suerte

Un hombre con tres condenas en su haber por amenazas a su pareja y el quebrantamiento de una orden de alejamiento fabrica un explosivo casero, lo coloca en la puerta de la casa de su exmujer, hiere a uno de los agentes que va a detenerle y la acusación llega a un acuerdo con la defensa por el que la condena por estos hechos se limita a una multa y a poco más de un mes de trabajos en beneficio de la comunidad. Un acuerdo, conviene tenerlo presente, en el que una de las partes, la fiscal, es mujer, y al que el magistrado que acaba dictando la sentencia no es ajeno, por mucho que se insista en el carácter vinculante de la conformidad que le obligaba a dictar un fallo en este sentido.

Al margen de que no iba a ser la primera vez, ni la última, que un juez frustra una conformidad por no considerarla ajustada a Derecho, me sorprende la ligereza con la que el Ministerio Público y el juzgador se han quitado de encima este tema. Sin perder de vista, además, que al acusado se le había suspendido el cumplimiento de la última condena con la condición de que no volviera a las andadas, lo que no ha parecido frenarle lo más mínimo.

Cuentan quienes han estado al tanto de este asunto que en la laxitud de la pena ha pesado la escasa potencia del explosivo, un compuesto elaborado a base de salfumán y bolas de aluminio que mediante una reacción química explotó sin llegar a causar daños. ¿Y si en vez de estallar donde este aprendiz de químico lo colocó lo hubiera hecho cerca de la destinataria o de cualquier otra persona que se hubiera acercado en ese momento a las botellas que contenían la mezcla? ¿Acaso la cruda realidad no hace que ante incidentes de esta índole salten todas las alarmas? ¿Realmente piensan la acusadora pública y su señoría que una multa y trabajar para la comunidad acaba con el riesgo que corre esta mujer? ¿No se está tentando la suerte cuando se quita hierro a lo que no puede ni debe quitarse?

Ayer mismo un juez de Novelda mandó a prisión a otro maltratador por amenazar a su exmujer y a sus hijos con un hacha en un parque de la localidad. Por fortuna no hubo agresión pero su historial de reincidencia llevó a tomar una medida con la que al menos esta mujer anoche durmió tranquila. Lo que por desgracia no pueden decir todas las que están en su misma situación.

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