Hace dos años, el presidente de Uruguay, José Mujica, quien ha sido nombrado una de las 100 personalidades más influyentes del planeta según la revista TIME, promovió la regulación del mercado de la marihuana en Uruguay. Otros países, como Holanda, Corea del Norte, Canadá, o Suiza, por citar sólo algunos ejemplos, también permiten el consumo de esta sustancia psicoactiva que tan directamente afecta a nuestro sistema nervioso. Se trata de un complejo debate, que abarca, incluso a otras drogas, pues son de sobra conocidas las terribles consecuencias que causan las adicciones. Según los estudios de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, unos 27 millones de personas en todo el mundo son consumidores problemáticos de drogas.

Bajando al nivel del testimonio personal, y con la única finalidad de describir desde otro ángulo un escenario específico, citamos de forma fidedigna el relato de un narcotraficante de un país latinoamericano con quien nos entrevistamos recientemente. Según nuestro informador, cocaleros de todo el país (o grandes narcotraficantes), se reúnen periódicamente para dar a conocer sus productos, acordar los precios de venta y los elementos que van a emplear para mezclar las drogas puras. Denominan perico de corte a la cocaína de baja calidad que usan para reducir la pureza de otras drogas. Tratan de evitar que su consumo produzca efectos secundarios indeseables, -según nos explica-, como que sangre la nariz al consumirla. Punta de diamante es el nombre con el que identifican a la cocaína con pureza del 98% que se destina a la exportación. Estas reuniones, en las que los cocaleros suelen probar los productos, acostumbran a culminar con una fiesta con alcohol. También, existen códigos de lealtad entre ellos, y castigan duramente a aquel que vende sustancias que no provienen de los vendedores acordados. La venta al por menor la llevan a cabo los jíbaros y cada barrio, por su parte, controla que nadie venda droga de otro proveedor que el reconocido. Para identificarse, marcan con un logotipo específico el cierre de las bolsitas que contienen la «mercancía». También están los cocineros, encargados de elaborar las drogas. Se trata de una función de alto riesgo por el poder que ello entraña: es frecuente que los cocineros se dediquen a producir, vender y consumir la droga en una espiral autodestructiva. Las sustancias varían y están en constante innovación: Tushi, Sales marinas, CK, Crocodile... Las fórmulas de su elaboración son secretos codiciados por los que muchos están dispuestos a matar...

El tráfico de drogas es la actividad criminal más rentable del planeta. En 2009 se calculaba que este negocio movía más de 320.000 millones de dólares anuales. Se trata de una realidad problemática que requiere análisis realistas y soluciones. El debate continúa.