Para ser honestos todavía no sé porqué me dieron el premio Nobel de la Paz», eso soltó Barack Obama durante una divertida entrevista de Stephen Colbert en su late show, en la CBS. Durante la «entrevista de trabajo» el showman advierte a Obama que «55 años es una edad difícil para volver a empezar». Perder el puesto de trabajo tras ocho años «sin haber conseguido en ese período un sólo ascenso» es raro. No hubo muchas oportunidades para ascender, explica el presidente, «la única persona con un puesto mejor era mi esposa». El próximo martes, día 8, los estadounidenses elegirán nuevo presidente, deseamos fervientemente que sea presidenta y con ello termina una de los etapas más brillantes en la historia de la Casa Blanca. Barack Obama el primer presidente de color de los Estados Unidos ha conseguido grandes logros, después de ocho años criando canas en el cargo político de más responsabilidad mantiene la rebeldía del joven que trabajaba en los barrios marginales de Chicago.

En el interior paró la crisis económica mundial de 2007, la más grave que ha vivido el mundo desde 1929, con políticas anticíclicas y expansionistas que ha conseguido reducir el paro de forma drástica. Su principal logro es haber establecido el Obamacare, un sistema público sanitario casi universal. Ha legalizado la situación de millones de inmigrantes; ha recuperado y modernizado la industria automovilística; ha hecho, de nuevo, a los USA los mayores productores de petróleo, a la vez que potenciaba las energías alternativas. Y ha dejado encarrilada una mayor protección social y económica en situaciones de desempleo. Y eso a pesar de que los demócratas están en minoría en el Congreso y en el Senado.

En el ámbito internacional no quiso seguir siendo la «policía del mundo». En lugar de ejercer un liderazgo absoluto, ha buscado un liderazgo inteligente, una aplicación inteligente del poder movilizando a los líderes en grandes coaliciones globales, con fuerzas locales, sin que por ello EE UU hayan dejado de ser «la nación más poderosa de la tierra. Y punto» como reafirmó en el último discurso del estado de la nación el pasado enero (Una estrategia global. INFORMACIÓN, 16-01-2016). Ha buscado en las Naciones Unidas el marco de ese liderazgo. El acuerdo con China sobre el cambio climático es la pieza fundamental para la firma de los Acuerdos de París que sustituyen a los de Kyoto. Su intervención fue decisiva para el éxito del programa de Naciones Unidas para el desarrollo de «Los Objetivos del Milenio». En las reuniones del G-20 que inició Bush, ha intentado trasladar sus políticas anticíclicas y de la FED (el banco central de EE UU) para paliar los efectos de la crisis. La reforma de la OCDE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, integrando el yuan, la moneda china, como reconocimiento del peso económico de China es otro frente. Más polémica despiertan los acuerdos comerciales, el TTIP con Europa, todavía en la cuerda floja, y el de Asia Pacífico ya firmado.

Los foros multilaterales han sido una constante en la resolución de problemas gravísimos, como limitar a usos pacíficos el programa nuclear de Irán, y acabar el aislamiento del país islámico, a pesar de la dura oposición de Israel y el lobby judío en EE UU. Retiró también las tropas sobre el terreno en Afganistán, Irak o Siria sustituyéndolas por instructores y ataques selectivos contra líderes y objetivos puntuales del ISIS y Al Qaeda, y siempre con aliados de la región. El restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba después de medio siglo de aislamiento, es otro logro. Las intervenciones imperialistas y militaristas en Latinoamérica las ha sustituido por la participación en foros como la OEA (Organización de Estados Americanos), la potenciación de las democracias y la integración y pacificación de los movimientos guerrilleros.

Queda pendiente la pieza clave: el conflicto árabe israelí. Ahí Obama ha encontrado la durísima resistencia de los ultraortodoxos encabezados por el primer ministro Netanyahu. El mismo que puso en apuros a Bill Clinton. Hillary no lo habrá olvidado. «Oriente Medio necesitará una generación para estabilizarse», dijo Obama en enero. El Congreso se renueva parcialmente el día 8, una mayoría -y una presidenta- demócrata sería también condición imprescindible para eliminar definitivamente el baldón de la prisión de Guantánamo.

Obama termina su segundo contrato temporal mientras Rajoy empieza el segundo, después de un año de interino. Peores son los contratos eventuales y parciales por los que se felicita el gobierno.