Libertad, solidaridad, amor, justicia o humanidad son palabras hermosas que desde ayer cobran un profundo significado con la inauguración del Centro de Estudios «Miguel Hernández» en Elche. Son términos que definen a un gran poeta, uno de los gigantes de la literatura con que cuenta la provincia de Alicante, cuya obra va a poder ser analizada en este espacio para difundir los altos valores que transmite.

Un imperdonable error político del PP privó a Elche del legado de Miguel Hernández, que durante 25 años estuvo bajo custodia municipal. Pero los ilicitanos no perdemos la memoria y después de permanecer toda una legislatura hundido en el abandono, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Elche ha culminado los trabajos para que este centro de estudios abra sus puertas con el fin de impulsar la investigación literaria, la formación didáctica y la promoción cultural. También será una pinacoteca que albergará la colección de arte de vanguardia La memoria del laberinto, una muestra de arte contemporáneo de primera categoría realizada en Elche en el año 2010 en recuerdo de Miguel Hernández por artistas de toda España y del extranjero.

Desde las salas de este nuevo centro se podrá conectar con todo el fondo digital que ha generado el museo dedicado a Miguel Hernández en la ciudad jienense de Quesada, a donde fue a parar su legado. En total se han digitalizado más de 5.400 documentos, entre poemas, cartas, libros o fotos. También pretendemos que sea un lugar para desarrollar actividades culturales como recitales de poesía, presentaciones de libros o conciertos. Contará asimismo con una biblioteca compuesta básicamente por obras de los autores de su época.

El Ayuntamiento de Elche mantiene una estrecha colaboración con los depositarios del legado y, por ello, el alcalde de Quesada, Manuel Vallejo, nos ha acompañado en el acto inaugural. En este pueblo de Jaén nació hace ahora 100 años la viuda del poeta, Josefina Manresa, también vecina de Elche durante 37 años y fiel guardiana de la memoria de su marido durante toda su vida.

Con Quesada hemos establecido lazos de firme colaboración que se van a concretar en un acuerdo de hermanamiento cultural en torno a las figuras de Miguel Hernández y de Josefina Manresa, que propiciará que una muestra del legado pueda venir a Elche para ser expuesta de forma temporal.

Estas actividades y todo lo que en el futuro se pueda desarrollar teniendo como eje central la obra de Miguel Hernández, viene a reparar un tremendo daño, una brecha cultural abierta por quienes no han sabido apreciar la apasionada e intensa poesía de nuestro escritor, tanto en el ámbito de la política como en el del mundo literario.

«Era confiado y no aguardaba daño. Creía en los hombres y esperaba en ellos», escribió Vicente Aleixandre sobre Miguel Hernández. El escritor difundió unos valores que empiezan a escasear en la sociedad actual y fue un símbolo para las jóvenes generaciones de las últimas décadas porque siempre enarboló la bandera de la libertad, que le llevó a morir trágicamente en la cárcel de Alicante.

El equipo de gobierno del Ayuntamiento ilicitano también hará todo lo posible para que el Centro de Estudios «Miguel Hernández» sea de visita obligada en la senda del poeta que cada mes de marzo se realiza durante tres días entre Orihuela y Alicante desde 1998, recorriendo los lugares donde el escritor dejó su impronta. La ruta se inicia en la Casa Museo de Orihuela y termina en el cementerio alicantino, donde reposan sus restos, los de su esposa y los de su hijo, Manuel Miguel. Es una de las tumbas más visitadas, tal como ponía de manifiesto un reportaje publicado en este mismo diario el pasado domingo.

El próximo año será una ocasión muy especial para rememorar la figura de Miguel Hernández porque se conmemora el 75 aniversario de su fallecimiento. Elche se ha integrado e implicado a fondo en el comité organizador de los actos, constituido el pasado mes de septiembre en la Diputación de Jaén, del que forman parte varios ayuntamientos y universidades, entre otras entidades e instituciones, y cuya segunda reunión se celebrará en Elche el próximo 18 de noviembre.

Creo que empieza un nuevo capítulo que no solo se debe basar en la puesta en marcha de este centro de estudios y en la estrecha colaboración con la ciudad de Quesada, sino también en la relación y cooperación con las poblaciones alicantinas donde vivió y murió el poeta. Elche quiere recuperar el lugar que le corresponde como ciudad hernandiana, pero por encima de todo está la obra del poeta, que ahora tiene un lugar para ser leída, estudiada y difundida, o como ya se apuntaba hace un tiempo en la Historia Crítica de la Literatura Española de Francisco Rico, para enfocar la figura de Miguel Hernández con mayor nitidez y ponerla «en disposición de ser mejor entendida y apreciada». En ella siempre encontraremos un ejemplo de compromiso, vitalidad y honestidad, razones suficientes para luchar sin tregua por nuestra libertad.