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¿Fiesta o gamberrismo?

Nunca he celebrado Halloween. Ni me disfracé de zombi, ni fui tocando puerta a puerta con eso del truco o trato. Para los de mi generación, Halloween simplemente era una costumbre yanki más propia de las series y de las películas. Sin embargo, parece que ahora las cosas han cambiado, y lo que empezó como un juego en los coles se ha ido consolidando. Ha evolucionado todo tanto que incluso ya hay varios obispados, entre ellos los de Alcalá de Henares, Cartagena o Cádiz, que, con el propósito de recuperar la esencia del Día de Todos los Santos, han decidido contraatacar con «Holywins» -algo así como «la santidad gana»-, e invitar a los niños a que se disfracen de santos. Y todo para combatir una festividad pagana e importada. Sin ánimo de ofender a nadie, me da bastante igual que alguien se vista el lunes de bruja o de Santa Teresa. Al final, son dos formas de ver una misma festividad que tiene su origen en el Samhain celta. Me preocupa más que haya gente que no sepa celebrar. Y es que parece que hay muchos que, con la irrupción de Halloween, han visto el campo abierto para dar rienda suelta al gamberrismo. Sin ir más lejos, un grupo de vecinos y comerciantes de Elche se ha movilizado en los últimos días para recoger firmas y llevarlas al Ayuntamiento con un objetivo muy claro: que se refuercen los controles esa noche. En los últimos años, algunas calles del centro ilicitano se han convertido en un auténtico campo de batalla en el que la chiquillería no discrimina a la hora de intentar hacer blanco con los huevos y con la harina. Da igual si la diana es otro colega, o si es un viandante, un coche, un escaparate, el transporte público, o simple y llanamente el mobiliario urbano. Lamentablemente, esta situación no es patrimonio exclusivo de los ilicitanos. El fenómeno ha llegado a otros puntos de dentro y de fuera de la provincia. No está mal que cada cual elija si se disfraza de calabaza o de santo, pero siempre y cuando todos tengan en cuenta que una cosa es festejar, con buen trato, y otra hacer el gamberro. De momento, yo seguiré sin celebrar Halloween, y no creo que sea la única. Aunque, ojo, los hay también que reniegan de la noche de brujas por ser una importación norteamericana, y ya están preparando el Día de Acción de Gracias.

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