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Convocatoria pública para la Lonja del Pescado

La de Jesús Mullor es la primera de las tres exposiciones que conforman el proyecto del comisario José Luis Antequera, escogido en un concurso público, convocado por la Concejalía de Cultura de Alicante, para impulsar el arte contemporáneo en este centro. Este procedimiento público ha sido subrayado por el concejal de Cultura, Daniel Simón, que «se implicó directamente en instaurar este procedimiento de selección participativo», así consta en el texto que presenta el ciclo en la web del Ayuntamiento de Alicante. Pero analicemos cómo se ha desarrollado esta convocatoria pública, es nuestro deber. En principio, una vez publicitada la convocatoria y la bases de la misma, se presentaron al concurso solo dos proyectos: el actualmente en curso en la sala C de la Lonja, de Antequera, y otro comisariado por José Luis Martínez Messeguer. Ya es, al menos, curioso que una convocatoria pública solo concite dos proyectos. Los miembros del jurado, en la lectura de las bases del concurso, por considerarlas perjudiciales para los derechos mínimos de los artistas y comisarios, declararon su disconformidad con las mismas e hicieron que constara en el acta. Y se optó por elegir, entre los proyectos presentados, el de mayor calidad de ambos, el propuesto por Martínez Meseguer. La sorpresa se produce cuando se constata que el proyecto expuesto no es el de Meseguer sino el de Antequera, debido a la renuncia del propio comisario al no poder cumplir con los mínimos, debido a lo exiguo del presupuesto adjudicado, corriendo a cargo del artista y del comisario todos los gastos de montaje, transporte, publicidad, seguro de la obra?.

En fin, nos preguntamos si estas son las bases para la democratización de la cultura que tanto se nos prometía en esta nueva legislatura. En la Lonja solo pueden exponer los que tienen una economía solvente. Ante la falta de un proyecto cultural serio, consensuado con una base de amplio conocimiento de la realidad del arte, el concejal se escuda en estas vías de participación mayoritaria en la cultura, que se han demostrado que no son tales, pues esta exposición está en la Lonja por una decisión unilateral.

La excusa de la falta de proyecto es el exiguo presupuesto. Alicante no tiene dinero. Algo difícil de comprender, pues asistimos atónitos a la programación cultural de Valencia y Castellón, ciudades en las que sí hay dinero, y mucho, para cultura. Sus convocatorias cumplen con amplitud las necesidades y perspectivas que contempla el arte contemporáneo, apoyándolo desde sus bases: los artistas y comisarios. Por qué Alicante no. Es ya histórico el ninguneo del centralismo valenciano con respecto a Alicante. Pero, por qué siempre tiene que pagar el ciudadano de Alicante lo que sus políticos son incapaces de conseguir: un presupuesto acorde con sus necesidades y el volumen de su población.

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