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ATT y Time Warner, el auténtico juego de tronos

La telefónica estadounidense protagoniza la mayor fusión del año al adquirir Time Warner, propietaria de iconos mundiales del entretenimiento, por 85.000 millones

La batalla para llenar de contenido las nuevas autopistas de datos (5G) por las que podrán correr los usuarios de telefonía es lo que está detrás de la fusión empresarial del año, que acaba de producirse. ATT, la segunda mayor compañía de telecomunicaciones de Estados Unidos, acaba de comprar Time Warner por 85.000 millones de dólares, la mayor operación de 2016. Y eso es tanto como que ATT se ha asegurado la propiedad del río de sangre que corre entre los Lannister y los Stark, de Batcueva con su inquilino o de la varita mágica de Harry Potter pues Time Warner es toda una potencia en la producción de películas, series de televisión y vídeo online, propietaria de cadenas como CNN, TNT, HBO, TBS o Warner Bros., además de tener una participación del 10% en el canal de video en stream Hulu.

La operación se ha cerrado en 85.400 millones de dólares (79.000 millones de euros), además de asumir otros 24.000 millones de dólares en deuda, y hay quien opina que será la primera de una nueva tanda de fusiones en la batalla por los contenidos; algo en lo que ya, por ejemplo, se embarcó Comcast con la compra de NBC Universal, o la teleco española por excelencia, Telefónica, cuando en 2015 adquirió Canal + para embarcarse en la producción propia. Contenidos, esa parece ser la clave. Y ATT, que tiene la caja llena (el flujo libre previsto para este año será de 14.700 millones de euros), ha salido de comprar en previsión de que se le adelanten otras compañías con el riñón forrado, como Apple o Google. A que otros se le adelanten o para evitar que los clientes se den de baja en sus servicios para acudir a entretenerse en los contenidos que ofrecen Netflix o Amazon. "Queremos agregar más contenido y programación original", declaró a Bloomberg Randall Stepneson, CEO de ATT.

Esta fusión pone en manos del principal operador de telefonía móvil estadounidense (25 millones de abonados) una fabulosa fábrica de contenidos que llenan (entretienen) la vida cotidiana de millones de personas en el mundo. Historias y personajes que son ya iconos mundiales: desde el conejo Buggs Bunny de la Warner Bros. hasta los dragones de la Kaleeshi de Juego de Tronos. Esta última serie se emite en HBO, que es la joya de la corona de Time Warner, al haber acertado en el camino de invertir en contenido distintivo de calidad. La operación (que está suscitando dudas sobre si vulnera las normas de la libre competencia en EE UU) supondrá una transformación en ATT, que se reorienta así hacia una nueva era donde el teléfono móvil se perfila como la nueva ventana personal de acceso a los contenidos. Y para todo ello ha pagado un pastón.

Pero los recelos que algunos tienen sobre esta operación multimillonaria radican precisamente en su motivación original: ¿tiene sentido que los dueños de la autopista fabriquen también los coches? Es decir: ¿encajarán en una única compañía dos culturas tan diferentes, la de una televisión y la de una telefónica? Algunos bancos de inversión se plantean otra seria duda: ¿realmente el futuro será el consumo en el móvil de contenidos de pago? Eso nadie lo sabe.

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