Los líderes de la Unión Europea aceptan la propuesta rusa de suspender temporalmente las operaciones militares en Alepo (Siria) para permitir la salida de población civil y para que puedan llegar las caravanas de ayuda de las Naciones Unidas. En el otro extremo de la guerra contra el Daesh o ISIS, en Mosul (Irak), donde se ha iniciado la batalla para recuperar la segunda ciudad iraquí, en manos del Estado Islámico desde hace años, va a suponer el desplazamiento de cientos de miles de refugiados. La ONU está habilitando campamentos para acoger a los seguros refugiados y desplazados. Estas son las últimas noticias sobre refugiados y migrantes, aunque seguro cuando esto se publique se habrán producido nuevas noticias en el Mediterráneo de hundimientos, ahogamientos o salvamentos. La guardia y el ejército italiano ha rescatado ya a más de setecientas mil personas, desde que se ha cortado el flujo por Turquía y los Balcanes hacia Alemania, que ha acogido a otro millón de desplazados por la guerra en Siria.

«El número de migrantes crece a un ritmo más rápido que el de la población mundial, y en 2015 ascendió a más de 244 millones. Sin embargo, hay aproximadamente 65 millones de personas desplazadas por la fuerza, entre ellas más de 21 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y más de 40 millones de desplazados internos». Estos datos correspondientes al año pasado dan idea de las dimensiones del problema. «En la actualidad, estamos en presencia de una movilidad humana que ha alcanzado un nivel sin precedentes. Más personas que nunca viven en un país distinto de aquel donde nacieron». La descripción corresponde a la «Declaración de Nueva York para los refugiados y migrantes» (A/71/L.1) aprobada el mes pasado por los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la 71 Asamblea General de la ONU. En el declaración figura un marco de respuesta integral para los refugiados y se esbozan los pasos necesarios para concertar un pacto mundial sobre la cuestión de los refugiados, y establecer medidas, «en 2018 un pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular».

El documento parte del reconocimiento de la contribución positiva de los migrantes al crecimiento inclusivo y al desarrollo sostenible, tal y como se recoge en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: «Nuestro mundo es un mundo mejor gracias a esa contribución. Los beneficios y las oportunidades que ofrece la migración segura, ordenada y regular son considerables y a menudo se subestiman. En cambio, el desplazamiento forzoso y la migración irregular de personas en grandes movimientos suelen plantear problemas complejos».

El segundo pilar sobre el que descansa la declaración es la constatación de que los grandes movimientos de refugiados y migrantes tienen ramificaciones políticas, económicas, sociales y humanitarias y para el desarrollo y los derechos humanos que traspasan todas las fronteras. «Se trata de fenómenos mundiales -afirma- que exigen enfoques y soluciones mundiales. Ningún Estado puede por sí solo gestionar esos desplazamientos». La cooperación internacional y, en particular, la cooperación entre los países de origen o nacionalidad, de tránsito y de destino, es imprescindible. El documento establece en sendos anexos las bases que deberá recoger el futuro pacto mundial para migrantes y refugiados, partiendo de unas garantías comunes para ambos grupos: «Garantizaremos -reafirma la Declaración de Nueva York- también el pleno respeto y la protección de sus derechos humanos y libertades fundamentales». Ya que lo hemos firmado, no estaría de más que el futuro Gobierno empezara por revisar el funcionamiento de los CIE (Centro de Internamiento de Emigrantes).

La ONU por su propia dimensión se mueve muy lentamente, y en pequeños pasos, pero ya en el mismo septiembre se concertaron reuniones de alto nivel entre Estados Unidos, Canadá, México, Alemania, Suecia y Jordania para los trabajos preparatorios que se desarrollarán en 2017, con el fin de someter a la próxima asamblea el pacto mundial que se pretende. La ONU no es tan rápida como la gravedad del problema parece requerir, pero la actuación de la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) es ejemplar en todo el mundo. La elección del portugués Antonio Gutierres, que ha sido hasta hace poco el responsable de la Agencia, como secretario general de la ONU 2017-2021 es una garantía suplementaria del seguimiento de los acuerdos. Siempre que Donald Trump no resulte elegido, claro, y se dedique a levantar muros y expulsiones. ¡Socorro!, que diría mi amigo.