Alicante fue la capital de Europa en este deporte. Me dijeron que ni en los más grandes partidos se llenaba el pabellón. Pero yo estaba allí y lo recuerdo lleno, hasta recuerdo el partido aquel que, en el último minuto y ganando de dos, tuvimos un penalti (ahora se dice 7 metros) para igualar el -3 que nos trajimos del partido de ida. Nunca olvidaré al pobre Goyo tirándole una vaselina al gigante portero contrario que sólo tuvo que levantar el brazo para detenerlo.

Pero allí vimos triunfar a aquel Calpisa que se merendaba crudos al Barcelona, al Atlético de Madrid, al Granollers, al Marcol y al que pasara por aquí. Siempre salíamos del pabellón sonriendo, los que volvíamos al Pla lo hacíamos por Conde Lumiares, no por la senda de los elefantes como cuando venimos del Rico Pérez... ustedes me entienden.

Recuerdo cómo saltaba y lanzaba desde su extremo Pitiu, los tiros de cadera en apoyo de Cascallana, las paradas de Perramón y De Miguel. Son cosas que no se volverán a ver ni aquí ni en ningún lugar. También era muy grande el esfuerzo de los colegios en este deporte, Inmaculada, Maristas, Salesianos, por supuesto Agustinos y otros que conformaban una liga épica en todas las categorías. Chipi extremo, Pica lateral, José Enrique central, Chichi lateral derecho, Pelvis extremo y Perfe o Gimmy pivote con Mejías de portero. Este era mi equipo con algunos cambios e incorporaciones jugamos muchos años juntos. Además, nuestro entrenador José Julio Espina fue el primer doctor en educación física con una tesis sobre el balonmano del país.

Ese balonmano se perdió porque los alicantinos no lo defendimos lo suficiente, igual que otros deportes y es una lástima. Ahora que se nos llena la boca de responsabilidad social corporativa, de fundaciones, de coaching y de parnets, sería un magnífico momento para colaborar con el deporte de verdad, sin que los padres de los deportistas, niñas y niños, se tuvieran que dejar una pasta para poder estar en el deporte base.

Y las empresas deben ver la amplia repercusión que el sponsoring deportivo tiene en los medios de comunicación. Por su parte, las instituciones, además de comprender su aspecto cultural, deberían entender la magnitud del deporte a todas las edades; de niños favorece el crecimiento, de joven ocupa el tiempo libre y favorece la socialización, de adulto hace que no se olvide el trabajo en equipo y de mayor te mantiene en forma y siempre, a cualquier edad, cuida la salud de quien lo practica. Si fuéramos más valientes y defendiéramos de verdad lo nuestro, todos nos esforzaríamos más por volver a ver equipos alicantinos en la élite, si fue posible entonces, ¿por qué no ahora? Ánimo, les invito a sentirse un poco más alicantinos en este enlace: https://www.youtube.com/shared?ci=WSsIDbHYsrs