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José Emilio Munera

Piqué, otra víctima 2.0

orprende que alguien tan inteligente como Gerard Piqué sea otra víctima 2.0 de esta dictadura de lo efímero y lo inmediato en que se han convertido las redes sociales. Y extraña especialmente porque el central del Barcelona y la selección las conoce, fomenta y utiliza con frecuencia. Y habitualmente con gracia y gran impacto popular, ya sea en Twitter, Periscope, Instagram... En el mejor momento de su exitosa carrera deportiva, convertido en el primer central de España y uno de los más solventes del mundo, Piqué ha anunciado su renuncia en diferido o a plazo fijo a la Roja cuando acabe el Mundial de Rusia 2018. «No me echan de la selección Twiter, ni Marca, ni As, ni la marioneta de Florentino», ha aclarado el jugador del Barça después de la enésima y absurda polémica generada por su mayor o menor compromiso con el equipo español tras cortarse las mangas de la camiseta en el partido de Albania. Lo que viene a reconocer Piqué es que su precipitado anuncio de adiós fue un «calentón», un arrebato tras conocer que en Twitter le estaban poniendo a caldo por, supuestamente, haber suprimido los colores de la bandera de España de su camiseta. Después de dar sobradas muestras de profesionalidad y compromiso con la Roja, el central del Barça se indigna y se da por ofendido por los comentarios de una masa anónima que lo mismo le insulta a él, que desea la muerte de un niño o se inventa por pura diversión noticias o el fallecimiento de cualquier celebridad. Es cierto que hubo medios y personas públicas que le dieron pábulo al bulo de las mangas, pero frente a esa conducta irresponsable existe el derecho a réplica y rectificación o, en su caso, el recurso a los tribunales. Por todo ello, choca que alguien habitualmente sereno y reflexivo como Piqué se deje arrastrar por las redes de esta moderna espiral de ruido, engaño, urgencias e insultos con anonimato.

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