La prosperidad, el crecimiento y el avance económico y social de un territorio están directamente ligados a la capacidad que tienen sus empresas para competir en todos los mercados y en como traducen este potencial en bienestar para los ciudadanos que lo habitan, pero también el que tienen sus instituciones de generar un marco estable y transparente.

Sin entrar en un análisis muy profundo, es fácil observar que el modelo competitivo de las compañías alicantinas en general, pero sobre todo de las Pymes, presenta escasa capacidad competitiva, debido fundamentalmente, a su tamaño y a que sus productos y servicios tienen insuficiente valor añadido basado en el conocimiento; la investigación de base; la innovación y la aplicación tecnológica.

Acudiendo a las estadísticas europeas se puede constatar que la productividad de las empresas de la Comunitat Valenciana, tiene mucho camino que recorrer para alcanzar la media de la UE, incluso la de los territorios de nuestro país más avanzados.

En concreto, en la provincia de Alicante, es obvio que en los últimos años crecemos a un ritmo más lento que otras provincias, lo que ha provocado que empecemos a perder puestos en el ranking de aportación al PIB nacional.

Un reflejo de estas estadísticas es la evolución de los salarios. Un estudio mundial sobre los salarios medios anuales confirma que España tiene unos 26.259 ? de media, un dato alejado de los países más avanzados, que sin embargo parece bueno visto desde la óptica de la provincia de Alicante. Desde una perspectiva económica comunitaria, España sólo supera a Portugal, que tiene 17.280 ? y a Grecia con 20.296 ?. Los trabajadores de Alemania tienen un sueldo medio anual en 47.042 ?, por encima de Francia e Italia, con 37.792 ? y 30.710 ? respectivamente. Otras referencias fuera de la UE, son EE.UU con 45.934 ?, y Suiza que obtiene el top de 84.545 ?.

En este marco hay factores decisivos que tienen influencia en los bajos salarios, entre los que destaca la precariedad de nuestra industria en general, con una atomización de pequeñas empresas que no generan un gran valor añadido en el producto que fabrican por falta de inversiones en innovación, desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías que inciden en la baja productividad y en la falta de competitividad de los respectivos sectores.

Hay una premisa evidente: el salario está ligado directamente a la productividad del trabajador, lo que nos lleva a pensar que los españoles estamos lejos de alcanzar el óptimo en este campo, en cuanto al aprovechamiento de nuestra jornada laboral, a pesar de que acreditamos un número de horas efectivas de trabajo al año superior al que se recogen en la estadísticas del resto de países de la UE.

Para evolucionar hacia un horizonte más optimista es imprescindible que se afronten los factores internos de la empresa en los que hay margen de mejora como el tamaño, la integración de valor añadido vinculado al conocimiento, la insuficiente internacionalización y la incorporación de capital humano con una visión más amplia de la dirección de las empresas.

También hay en el exterior elementos que pueden contribuir a la mejora de las empresas, como la modernización del sistema financiero, contar con las infraestructuras adecuadas, una administración facilitadora, las telecomunicaciones, la educación de calidad orientada a las necesidades de las empresas, y un sistema de investigación cercano a la economía real.

Me detendré un momento, antes de terminar, en la situación del Sistema Valenciano de Innovación. El diagnóstico reciente del Consell Valencià de la Innovació es claro: el escenario de inversión en investigación e innovación es «insatisfactorio», tanto por parte de las empresas como de las instituciones públicas.

Para recuperar posiciones hay que orientar el esfuerzo inversor a crear activos intangibles y las innovaciones de productos, de procesos y servicios, hay que incorporar a las plantillas recursos humanos capaces de liderar estos cambios, en un marco en el que la administración debe poner en marcha programas que faciliten la incorporación del I+D+i a las Pymes.

Todas estas cuestiones y reflexiones las abordaremos en profundidad en la conferencia del doctor en Ciencias Económicas, José María Gay de Liébana, que organiza el Foro de Debate Económico Germán Bernácer, el próximo martes, hablará sobre los nuevos retos que debe afrontar España en la próxima legislatura y que se centrará sobre temas de trascendencia económica como son la innovación, productividad y transparencia. Estos factores tienen vital trascendencia para aportar soluciones a los sectores económicos de la provincia.