levamos un año casi entero polarizado en torno a diversas elecciones políticas. Entre elección y elección, las campañas electorales y toda suerte de amagos y quinielas han acaparado los espacios de los medios de comunicación. Exaltación democrática, saturación, degradación de la política, incluida la deriva implosiva del PSOE que sabe fustigarse mucho mejor que hacerlo con sus oponentes políticos naturales; de todo un poco. Y entre medio, los votantes.

En el fragor de las batallas, me ha llamado la atención un comentario de Susana Díaz contestando indirectamente a Pedro Sánchez pocas horas antes de ejecutar la voladura controlada de su partido. Le escuché decir que un partido político no es de los militantes sino de sus votantes. Aunque arrimaba el ascua a su sardina, reconozco que es de lo poco en que coincido con la baronesa andaluza. No es que quiera ningunear el papel de los militantes, sino resaltar el papel esencial del ciudadano en quienes nos representan. Y de una cosa a la otra, llego al votante del Partido Popular cuando todos los sondeos y resultados electorales indican que a medida que se prolongue la falta de acuerdo de Gobierno, el PP sigue sumando votantes. Y yo me pregunto si a estas alturas, esos millones de personas no sabrán de la corrupción generalizada que está judicializada en torno al PP.

Estamos acostumbrados a embarrar a la clase política, lo cual me parece injusto porque existen diferencias éticas y de estilos a pesar de que los políticos son de lo peorcito valorado, con lo fácil que es generalizar. Pero ya es hora de hablar de nosotros, de los votantes... ¿Por qué se mantiene Rajoy? Por los votantes, como afirmaba Susana Díaz. Nada pueden hacer los militantes si los votantes dejan en fuera del juego político a sus candidatos. Ya no vale alegar desinformación o ignorancia a la hora de votarles frente a los muchos años de corrupción sistémica y sistemática. Tanto el juez Pablo Ruz como el fiscal anticorrupción Antonio Romeral dan por hecho en sus autos y escritos de acusación que el Partido Popular manejó una contabilidad paralela (caja B) al menos entre 1990 y 2008, que existe desde los últimos años de Alianza Popular. Rosendo Naseiro fue a juicio por corrupción de la financiación ilegal del PP aunque por defecto de forma ambos salieran ilesos del envite, él y su partido. Y desde entonces, hasta ayer, todos los gerentes del PP han sido procesados, sin contar la Gürtel, la Púnica y tantas otras historias que ahora van pasando por la palestra judicial.

Los votantes mantienen al Partido Popular y a sus políticos en la arena política. Ellos son los que mantienen a Rajoy de facto como candidato real a presidir de nuevo el Gobierno, a pesar de todos los pesares, que son demasiados. ¿Fidelidad, obcecación, cálculo interesado, defensa de intereses? Todo menos venderme valores buenistas o defensa de nobles intereses.

Ni cerrando los ojos y tapándonos los oídos podemos desentendernos de los gobiernos corruptos, tanto tiempo, tantas veces, tantas personas. Recuerdo el ensayo La tiranía de la comunicación (1991), de Ignacio Ramonet, en el que recordaba que durante los últimos treinta años, en el mundo se ha producido más información que durante los cinco mil años anteriores. O dicho de otro modo, no hay peor ciego que el que no quiere ver.