El Gobierno de España desbloqueó la pasada semana las cantidades correspondientes al cuarto trimestre del denominado FLA. Es decir, el Fondo de Liquidez Autonómica. De ese fondo, un total de 2.539 millones de euros están destinados a la Comunitat Valenciana.

Esos 2.539 millones, se suman a otros 1.315, consecuencia de la liquidación de 2014, que llegaron en julio. Es decir, que en menos de 4 meses, el Gobierno del Partido Popular que preside Mariano Rajoy ha trasladado al gobierno de Puig, Oltra y sus socios de Podemos 3.854 millones de euros para esta tierra. Un dinero que vendrá muy bien para asumir diferentes pagos. La celeridad de su llegada ya no depende de Montoro, sino de que el tripartito envíe a Madrid la documentación requerida para hacer efectivo el pago.

Tuvo que ser la presidenta del Partido Popular en la Comunitat Valenciana Isabel Bonig quien diera a conocer esta noticia, sin duda positiva. Lo hizo a la finalización de un encuentro mantenido con el propio ministro de Hacienda. Puig y Oltra, que tenían la información con anterioridad, la silenciaron porque la llegada de esos 2.539 millones desbarataba claramente su discurso de victimismo, que tenían previsto poner en escena y escenario en Madrid.

Por tanto, mientras la líder del PP en la Comunitat Valenciana trasladaba al ministro la situación de la Comunitat y buscaba soluciones a los problemas, el presidente de la Generalitat y su «consellera en cap», Mónica Oltra, protagonizaban un nuevo episodio de llanto, también en Madrid, que dicho sea de paso y sin ánimo de menosprecio, concitó un muy escaso interés entre el empresariado madrileño.

Desde el Partido Popular sostenemos desde hace años que la Comunitat Valenciana está mal financiada. Y sostenemos además que esa mala financiación viene de la reforma asimétrica (más para unos, menos para otros) inspirada por Zapatero con el incomprensible beneplácito (entonces) de los socialistas valencianos, y que contó con el voto imprescindible para su aprobación de la actual consellera Carmen Montón.

En consecuencia, el PP entiende que una reforma del sistema es imprescindible para equiparar lo que aportamos con lo que recibimos, cosa que la propia Bonig y el presidente del PP en la provincia de Alicante, Pepe Císcar, han trasladado con tanta nitidez al propio Rajoy que el jefe del Ejecutivo ha anunciado -en esta tierra- que se pondrá manos a la obra en la nueva legislatura.

Sin embargo, después de ver el espectáculo ofrecido por Puig y Oltra en Madrid y la respuesta que tuvieron, a uno le surge el pensamiento que para alcanzar esa mejora la izquierda valenciana carece de un plan, de una estrategia y de un objetivo claro. Y, como alguien dijo alguna vez: «La evidencia se demuestra, no se proclama».

Pero para demostrarla, hay que generar un discurso que vaya más allá del llanto. Con cifras. Saber qué objetivo se persigue, de dónde se parte y cómo lograrlo con un cuaderno de bitácora bien planteado y consensuado con todos los agentes.

El Ejecutivo valenciano debiera a estas alturas, y dado que todos estamos de acuerdo en que la Comunitat está infrafinanciada, estar generando una estrategia política y tejiendo (que no cosiendo) una estrategia clara para obtener esa mejora de la financiación.

Pero ese, es un trabajo que va mucho más allá de llorar para justificar a los proveedores que no se paga, para detener el cabreo monumental de los alcaldes cuando se les responsabiliza de pagos que no competen a sus ayuntamientos, o cuando colectivos y asociaciones llegan a reclamar lo que se les prometió al inicio de la legislatura por parte de ese tripartito autonómico.

Pero, claro, si ni siquiera tienen un modelo de Comunitat 16 meses después del Pacto del Botànic (más conocido como del Titánic), ¿cómo van a tener una estrategia para defender ese modelo, del que carecen, en Madrid?

De modo, señoras y señores del Consell, que menos llanto y más trabajo. Más gestión y, esencialmente, más definición. En la política se viene llorado de casa y en el día a día uno se dedica a gestionar las necesidades de las personas para que se vean atendidas en el menor tiempo posible y de la mejor manera que sepamos.

Aquí, no se piden milagros, pero sí eficiencia, eficacia, y estrategia para hacer las cosas. Y miren ustedes por dónde, yo no percibo en el Consell nada de esto. De modo, señor Puig y señora Oltra silla, flexo, lápiz, papel y a trabajar, que el tiempo pasa y ni siquiera estamos en el mismo lugar sino, como dice la canción «un pasito p'atrás». No sigan ustedes con la política de llanto y foto, mientras el PP se desgañita en los despachos para traer lo que ustedes son incapaces de gestionar antes, durante y después.