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Rogelio Fenoll

Mojica, pionero y héroe

El investigador Francisco Mojica ha vivido entre el lunes y el miércoles de esta semana tres intensos y felices días y nos ha hecho sentirnos igual a quienes le admiramos. El país ha podido comprobar la modestia y bonhomía de este microbiólogo de la Universidad de Alicante, que se emocionó hasta en cuatro ocasiones en directo la mañana del miércoles en TVE ante el apoyo y afecto recibidos. Candidato a los premios Nobel de Medicina y Química de este año, Francis ha encajado con elegancia un resultado que se antojaba muy difícil al competir con otras 300 nominaciones. Desde hace un año, cuando este periódico reveló que la comunidad científica se estaba movilizando para que se reconociera su descubrimiento del sistema CRISPR, a través del premio más importante del mundo, con Eric Steven, asesor científico de Obama, como adalid de la iniciativa, Mojica ha experimentado cierta compensación por los agravios sufridos. Porque, aunque él nunca lo dirá, el científico padeció una doble humillación. Primero en 2008, cuando aún no habían llegado los recortes en ciencia y se le negaron las ayudas públicas para seguir trabajando en su hallazgo de que las bacterias generan un sistema inmune para protegerse de los virus. El segundo se produjo el año pasado, cuando el jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica concedió el galardón a la francesa Emmanuelle Charpentier y a la estadounidense Jennifer Doudna por llevar aún más lejos el sistema CRISPR que está revolucionado la biología molecular. El descuido del jurado fue percibido por la comunidad científica española e internacional y provocó esa movilización de personalidades, revistas especializadas e instituciones como el CSIC. Incluso Doudna y Charpentier habían reconocido un año antes que sin la labor de Mojica no hubieran podido avanzar en sus investigaciones. El Premio Jaime I de Investigación Básica concedido este año al profesor alicantino por un jurado en los que figuran 23 premios Nobel, -qué paradoja-, ha contribuido a paliar esa ofensa y es, precisamente, el que más feliz ha hecho a este hombre porque se lo han dado sus colegas. Eric Steven publicó en enero en la prestigiosa Cell Los héroes del CRISPR, el artículo que abrió la espita en la carrera hacia Oslo y que reivindicaba al «pionero Mojica». Al César pues, lo que es del César.

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