Vaya por delante que es casi imposible elaborar juego sobre caucho. Roza lo inadmisible que la Federación autorice al Badalona a competir en un terreno de juego equiparable al de la Ciudad Deportiva o el Monte Tossal, muy gastado y en el que controlar el balón es una proeza. «Botaba como un conejo», afirmaban los jugadores del Hércules tras pasar por la ducha. Pero una vez asumido este condicionante, el equipo blanquiazul dejó ayer mucho que desear. Estaban ya advertidos los pupilos de Tevenet de la superficie y una de las claves era ser agresivos, ganar las segundas jugadas y, a partir de ahí, intentar sorprender a un Badalona con mucho oficio y que no en vano es el conjunto menos goleado del grupo con tres dianas en siete partidos. Pero ese guión deseado por el sevillano no se siguió en ningún momento. El cuadro alicantino sólo disparó entre los tres palos con peligro en el minuto 87 y Peña no definió bien ante el experimentado Morales, que le ganó terreno y acabó despejando con la espinilla en el área pequeña. Sinceramente, no hubiera sido justo que el Hércules hubiera ganado porque no fue mejor, ni tuvo más llegadas. Sólo se mostró ambicioso en los cinco últimos minutos, espoleado por la ocasión de su capitán y por una contra peligrosa. Y ese bagaje es demasiado exiguo para un candidato al ascenso. Ya sucedió algo parecido en Paterna, cuando el Hércules únicamente dio un paso adelante al recibir el 1-0. Al Hércules hay que exigirle más, sobre todo profundidad y velocidad en la circulación. Los «balonazos» de Fernando Román y Pol Bueso al «islote» Berrocal pueden estar justificados ayer porque era muy difícil combinar, pero también los vimos en Paterna. Este «estilo Tevenet» no gusta en la afición alicantina, sobre todo porque en los dos últimos años, con Manolo Herrero y Vicente Mir, la propuesta era diferente, de juego combinativo y continuas llegadas. El 5-0 ante el Eldense ilusionó a parte de los escépticos, pero el tostón de ayer enfrió de nuevos los ánimos. Ya va siendo hora de encontrar la senda de la regularidad para escalar posiciones y llamar a la puerta de los puestos de promoción. Toca dar un paso al frente.
