Si hay algo que me gusta es la comedia, la comedia y las roadmovie, y si ambos conceptos van mezclados ya? pues para qué. Podría decirse que es en realidad hasta la vida de muchos, la mía sin duda una mezcla de tragicomedia de Almodóvar surtida de momentos de acción que hacen que se desvanezca y se ponga a palidecer hasta el mísmisimo Groucho Marx que ,la verdad, se me queda en «mantillas»... Y en esta permanente aventura que vivo, llena de altibajos y emociones, y desde luego en ciclos vitales alucinantemente increíbles (de arqueóloga he pasado a política, de política a comunicadora y empresaria y por en medio la preciosidad de Ciudad de la Luz y la Presidencia de la Spain Film Comission...), en esta intensa, muy intensa, y distinta vida que me ha tocado en el reparto del Karna (vaya tela?), hay capítulos dignos de ser un artículo completito. Todo empezó como una broma? como en el Quijote con una andanza de caballeros y una apuesta de señores. Y así, a la tonta? Andaba yo hablando por el teléfono con dos buenos amigos, Catalina Pérez Montoya (loquita emprendedora y amiga abriendo K.ta Siluet en Alcoy con un par...) y Alejandro Ruiz de Evonhe que le acaban de dar una medalla nacional por su trayectoria e iniciativa, genial siempre? cuando aterrizaban en Madrid mis queridos amigos alemanes pero residentes en Hongkong.

Y aquí comienza la verdadera aventura, pero de las de verdad. Kai Einheuser es esa suerte de Jedai contemporáneo, un crack de los negocios, pero sobre todo, un joven permanente de alma, alguien cuyos ojos ávidos de conocimiento le está haciendo surcar el mundo en busca de nuevas oportunidades. Por eso acabó de Hamburgo en Honkong, donde ha montado un pedazo de empresón, y por eso ha recalado en España y en concreto, en nuestra tierra, Alicante, y en las de la meseta, hasta llegar a una Madrid que le ha fascinado y mucho. Jan Hagen, en adelante Jan «Gosling», Roy Weißbach, trovador de lujo de la «corte» y en el último minuto Arnold, el «Holandés Errante», genial como pocos y divertido en su versión de Ámsterdam como nadie. Y como starring secundario de «lujo» una genial Firas Nakdali, sirio de origen, y hoy uno de los jóvenes empresarios más atrevidos de la escena española, a su vez casado con la maravillosa Alicia Giner, hija del que fuera un gran presidente de la Diputación de Valencia, Fernando Giner. Pues con todos ellos y en común equipo acabamos en Almansa, tras una intensa visita al mejor deportivo hecho en Valencia a «manita» y que se va a comer toda Asia y estados Unidos, Spano GTA y una vuelta increíble por el Mestalla con sorpresas incluidas, y visita a Vallada incluida en la «road movie». Y mira por dónde, el capítulo se complica? porque Almansa, es mucha Almansa, señores. Vaya tela de castellanos de pro, gente divina y tierra de castillos, negocios y personas increíbles, como Laura Rodríguez, Ángel López o Ángel Infantes. Y aquí, todavía están preguntándose cómo pudo pasar? jejejje. La cosa acabó en un episodio que ni Chus Lampreabe, pobrecita mía, podría haber soñado. Yo misma contando ante un policía local, y dos dueños de un bar, que sí, que era posible todo y más. Que aquí habíamos recalado porque la vida era así, que los «alemanes» eran reales, que el sirio no era terrorista y que yo misma y mi querido socio, que es un amor de persona, no habíamos hecho sino sobrevivir a una despedida de solteras de la ciudad que casi nos cuesta la vida. Villena mediante para comer, todavía pensábamos en cómo habíamos conseguido salir casi sin pisar un par de comisarías, cuando recalamos en la Finca Hotel y Golf increíble de Antonio Pedrera en los campo de Algorfa, donde entre hoyos, ricos y glamour, se comen las mejores alcachofas y ajos negros de toda España (Ballester mediante claro...). Solo sé que me da que se nos instalan y a mí me van a exportar a Hong Kong con lo mejor de los vinos de Francisco Gómez, los chalets de la vecindad de Orihuela, la cocina del Alma Beach Club, los coches de lujo, las pelotitas de fútbol y por el camino un par de «pelotas rellenas» de las de la «Andanada» con caldo para que los asiáticos lo flipen un poco más. Mientras por si tienen poco, quédense con el cartel del Festival Volna de Cine ruso en Alicante, porque esta tierra es cosmopolita a más no poder, y que siga?. Feliz domingo con la esperanza de que sea el comienzo de una vida nueva.