Susana Díaz llevaba un tiempo callada, pero es de la que no da puntada sin hilo. Está, como los músicos del «Titanic», esperando que éste se hunda sin dejar de tocar. La diferencia estriba en que ella no se quiere hundir y ya tiene diseñada su estrategia.

Las últimas andanadas del PSOE andaluz contra Pedro Sánchez han causado estupor entre gran parte de la militancia y muchos exdirigentes. No les entra en sus entendederas que Andalucía, la gran cantera del socialismo, le esté haciendo la cama a Pedro Sánchez, al de momento secretario general del PSOE.

La descalificación sin contemplaciones del intento del secretario general del PSOE, de hallar una solución al bloqueo político que vive España (que las hay) ha sido tachada por algunos exdirigentes socialistas andaluces de «gamberrismo político contra el propio partido».

Ya escribí hace tiempo que Andalucía se le ha quedado constreñida a Susana Díaz. Ya aspira abiertamente a saltar Despeñaperros, camino de Ferraz. Y, como todos los arribistas, tiene su estrategia bien diseñada. García-Page, auténtico monigote de Castilla-La Mancha, Fernández Vara, de la lejana Extremadura, Ximo Puig, traidor buitre carroñero, y aunque algunos no dan la cara, han conseguido las dimisiones necesarias para dar un auténtico golpe de estado en Ferraz y favorecer la investidura de Rajoy.

La verdad es que muchos exdirigentes andaluces no comparten ni el fondo ni las formas que están empleando Susana Díaz y sus compinches contra el secretario general de los socialistas. Como es natural y, sobre todo habitual, prefieren guardar el anonimato y expresar su indignación en la comodidad de la barra de un bar con un buen güisqui como reclamo inspirador. Hay otros, como Enrique Linde, santo y seña del socialismo malagueño durante décadas, que dejan deslizar su oposición a la baronesa Susana en las redes sociales. Bueno, menos es nada. Tachan de desleal y caprichosa una posición que va en contra de la historia del partido en Andalucía y el sentir mayoritario de la militancia.

Pero no solo preocupa la irracionalidad de esa estrategia de «perro del hortelano» sino sobre todo la pérdida del sentido de la autocrítica de los órganos de la dirección, que en el Comité Director tras el 26-J se manifestó con cero intervenciones tras la toma de la palabra de la lideresa.

Según fuentes sindicales, la última movilización de maestros puede ser la punta del iceberg del creciente malestar existente contra el gobierno andaluz, y el principio de una gran movilización por falta de inversiones y proyecto político de futuro.

Mientras tanto, Susana Díaz sigue enfrascada en sus cosas, recabando apoyos mediáticos entre los editores -entre la clase media y la infantería no tiene mucho predicamento- para llevar a cabo su próxima intentona.

Para ello, anticipan un nuevo fracaso de Pedro Sánchez, tras las elecciones gallegas y vascas -cómo si no lo supieran de antemano- y ya tienen los tanques dialécticos disparando a todo lo que se mueva por Ferraz.

A partir de ahí, una vez lograda la cabeza del secretario general a través de un golpe de Estado en la Ejecutiva o en el Comité Federal, una gestora se cargará las primarias y le preparará la alfombra roja para que entre triunfante en Ferraz.

Según los expertos en este tipo de operaciones subterráneas, mientras todo encaja, Susana Díaz y los suyos sólo tenían que fingir que el 25-S jugaban en el mismo equipo que los socialistas vascos y gallegos.

Y Felipe, ¡ay, Felipe!, qué decepción, estás poniendo una alfombra roja a Rajoy y al Ibex 35 al que perteneces desde Gas Natural. A Felipe González le ha salido redondo su gambeteo político. Ha traicionado los principios del socialismo y pasa a convertirse en el mayor golpista de la democracia. Mira, hazte un favor y de paso al socialismo. Vete a casa y disfruta de tu dorada madurez. No sabes, o sí, el daño irreparable que le puedes causar al socialismo.

Y otro para Pedro Sánchez: si sales de ésta, misión harta difícil, sigue con tus principios y llévalos hasta el final, digan lo que digan, sobre todo en la derecha que alardean de estar encantados contigo, pero no gobiernan por ti. Solo te ha faltado osadía para pactar con la izquierda y olvidarte de estos mojigatos.

Y si no lo consigues, gracias a estos mezquinos, vamos a tener cuatro años más de derecha y recortes. Ya veremos qué pasa. Todos nos jugamos mucho.

Lo que me recuerda este golpe de Estado al de Erdogan en Turquía. Un golpe de Estado hecho contra sí mismo. En vez de Erdogan, Felipe y su generala Susana Díaz.

La próxima secretaria general del Partido Socialista será la instigadora Susana Díaz y el próximo presidente de España Mariano Rajoy. Como en aquel programa de TVE, ¿qué apostamos?

Sánchez se ha atrincherado en Ferraz con los suyos como hizo Salvador Allende en La Casa de la Moneda en Chile. Tristemente, no creo que aguante mucho. Y nunca ha sido santo de mi devoción, pero aborrezco los golpes de Estado.